Historia, pregunta formulada por bravicamila23, hace 10 meses

ejemplos de plurarismo en la historia argentina

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Contestado por brendauzumaki060
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Respuesta:

Luego de 1983, la democracia se estableció como el único medio legítimo para resolver el antagonismo político. Este hecho marcó un punto de ruptura con un largo periodo en el cual los conflictos se dirimieron apelando a recursos ajenos a la institucionalidad democrática establecida por la Constitución. Fraudes electorales, golpes de Estado y proscripciones fueron mecanismos que sirvieron para excluir del juego político a muy variados actores. La retórica en turno se empeñó en cada caso en justificar el uso de estos recursos aduciendo a la necesidad de defender a la democracia de sus supuestos enemigos internos. Es necesario marcar que la legitimidad del estado de excepción que se buscaba instaurar era parte de cierta manera de entender la democracia y que, desde la óptica de los actores, no resultaba contradictoria con el empleo de este tipo de medios para defenderla. Esta concepción de la democracia fue decididamente liquidada luego de 1983. En gran medida, la estabilización del régimen democrático fue una conquista de la transición que tuvo como pivote la vinculación entre democracia y pluralismo político. Esta asociación tiene una genealogía histórica particular y su emergencia significó la recomposición de la relación entre medios y fines al interior de la democracia argentina. En el presente capítulo nos proponemos abordar esta cuestión.[2]

Consideramos que la asociación entre democracia y pluralismo permitió establecer una dinámica política diferente a la que caracterizó el largo ciclo de inestabilidad que hemos mencionado. Para estudiar esta cuestión, mostraremos cómo la identificación del pluralismo como un valor central de la democracia llevó a las principales fuerzas políticas a replantear su práctica representativa. Posteriormente, nos preguntamos por la génesis histórica de este vínculo entre democracia y pluralismo en el contexto de la transición a la democracia en Argentina. A partir de ahí intentaremos precisar cómo el pluralismo se convirtió en un factor fundamental en la estabilidad democrática del orden político que surge en 1983. Por último, reflexionaremos sobre las consecuencias que estos cambios tuvieron en las formas de mirar el proceso de constitución de identidades políticas.

1. La democracia argentina y su torsión pluralista. De lo uno a lo múltiple

Uno de los ejes a través de los cuales se suele analizar la transición a la democracia en Argentina tiende a resaltar la centralidad que adquirió el concepto de democracia durante el periodo. Sin embargo, esta perspectiva dificulta advertir que la novedad no se encuentra tanto en el lugar que pasó a ocupar el concepto de democracia dentro el vocabulario político, sino en la semántica histórica que le da sentido y que, en efecto, marca una ruptura radical con el periodo anterior.[3] Una rápida mirada retrospectiva nos revela que el concepto de democracia organizó la disputa política durante buena parte del siglo XX. En contraste con el siglo XIX en donde el concepto central fue el de república,[4] las demandas de ampliación de la base electoral a comienzos del siglo XX (voto universal, secreto y obligatorio) replantearon los términos de la política y el concepto de democracia se convirtió en el factor que condensó una experiencia política diferente.[5] Se trata, por lo tanto, de un concepto que ya era central antes de 1983 y que, como hemos señalado, no fue ajeno a la discursividad que acompañó a los distintos ensayos de interrupción del orden constitucional. En realidad, la innovación semántica del proceso transicional fue que la democracia se pensó como un espacio político plural en el cual convergían actores políticos con diferencias muy marcadas, pero con una misma legitimidad para participar en la dinámica representativa.[6] Si hasta antes de 1983 la reivindicación del concepto de democracia admitió pedidos de exclusión de actores civiles, luego de esta fecha pasó a dar forma a una amplia demanda de participación, inclusión y reconocimiento mutuo dentro de una escena política común.

Esto no quiere decir que la semántica histórica que surge con la transición no haya dependido de una exclusión fundamental para estabilizarse. El clivaje dictadura/democracia fue fundamental para identificar a la “civilidad” como espacio plural y único actor del sistema político. En efecto, entre 1980 y 1983, la oposición entre civiles y militares se fue estableciendo como una demarcación que cargó de sentido al concepto de democracia (Velázquez, 2018). La efectividad del señalamiento de un supuesto pacto militar-sindical con el cual Alfonsín atacó al peronismo en la campaña electoral de 1983 no se explica sin la referencia a esta demarcación que se fue sedimentando durante los últimos años de la dictadura.

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