ejemplos de medicina popular??
Respuestas a la pregunta
BRONQUITIS
Colocaban en el pecho un emplasto de "mostaza" y linaza mezcladas, siendo mayor la proporción de la primera planta que de la segunda.
Otro remedio consistía en untar el pecho con yodo.
En los casos menos graves tomaban una infusión de "orégano" durante dos días, antes de ir a la cama. También empleaban el método de las ventosas. Metían en un vaso un poco de guaté o algodón empapado de alcohol y lo prendían fuego. A continuación colocaban el vaso sobre el pecho. Esta operación la realizaban una vez al día durante varios consecutivos. Este remedio lo utilizaban igualmente para curar algunas pulmonías.
CALLOS
Para librarse de los callos de los pies los de las manos eran permanentes como consecuencia del trabajo algunas personas los quemaban con alcohol, lo que suponía un gran riesgo.
CATARROS
Los remedios más utilizados para curar los catarros y sus afecciones eran:
Los vahos de "eucalipto". Se ponían a cocer hojas bien secas de eucalipto en un recipiente tapado. Cuando el agua hervía, se destapaba y se ponía encima la cabeza tapada con un toalla o manta para inhalar el vapor que sale del cocimiento.
Como en el caso de la bronquitis, también colocaban en el pecho una cataplasma de linaza y mostaza.
En otras ocasiones aplicaban sobre el pecho la tela de la grasa de la toquilla del cerdo.
Asimismo frotaban el pecho con los frutos de una planta llamada "uva de perro".
Igualmente frotaban el pecho con un trapo que antes empapaban poco a poco en petróleo vertido en un pocillo. Después prendían fuego al trapo y, unan vez inflamado, lo apagaban pasándolo entre las piernas. Inmediatamente lo colocaban sobre el pecho para que, caliente como estaba, actuase de ventosa. A veces, una mala manipulación ocasionaba dolorosas ampollas en la piel.
Las infusiones se empleaban con frecuencia en casos de catarro. Unas veces se preparaban con "malva", otras con "orégano" o, si era la época, con flor de "espino". Había quien mezclaba malva y orégano para potenciar los efectos beneficiosos de estas plantas.
Un remedio muy socorrido consistía en tomar un tazón de leche con miel bien caliente al acostarse.
Para ablandar el catarro estuvo bastante generalizado el uso del jarabe de caracoles. Se echaba media taza de azúcar y el resto se llenaba de caracoles. Se dejaba macerar durante dos o tres días y se bebía el líquido resultante a lo largo de varios días.
CÓLICOS Y DOLOR DE TRIPAS
Los dolores de tripas relacionados con una mala digestión o empacho los curaban, al igual que hoy en día, tomando una infusión templada de "manzanilla".
Otras infusiones a las que también se recurría eran las de "poleo", "té" en todas sus variantes: té de monte, de huerto, de lastra, de hojas moradas, etc., y de "hierbaluisa". Todas ellas se acostumbraba a endulzarlas con miel o azúcar.
Otro remedio consistía en frotar el vientre con "romero", ya fuera con un puñado de hojas o con las ramitas enteras.
A veces trataban de remediar el dolor tomando una copa o un vasito de orujo, ginebra o coñac.
Si tenían oportunidad, por ser época de verano, cogían el fruto maduro del "reventón" y lo comían.
Para remediar el dolor de tripas de los niños pequeños freían hojas de "ruda" en aceite; empapaban un paño en el aceite templado y se lo colocaban encima de la tripa.
Igualmente calentaban un poco de aceite con granos de "anís" y frotaban con ello la tripa del bebé.
DIARREAS
Para curar las diarreas ponían a hervir agua con arroz. Una vez hervido colaban el agua y lo tomaban. Algunas personas también comían el arroz al considerarlo beneficioso.
En ocasiones rallaban una manzana y cuando por efecto de contacto con el aire se oxidaba la comían.
Asimismo ingerían queso que previamente habían rallado.
Existía la costumbre de tomar un vaso de agua en ayunas; a veces se la había dejado serenar durante la noche.
Tomar una decocción de hojas de "zarza" era otro remedio empleado para cortar diarreas.
Era frecuente beber agua hervida con limón, o simplemente tomar zumo de limón. Igualmente tomaban una infusión de 'manzanilla" a la que se añadía un cucharada de aceite crudo.
Se tiene conocimiento de un caso en que se curó una fuerte y grave diarrea tomando de forma continuada, más de un mes, leche de burra.