Castellano, pregunta formulada por emersonhuamanitica, hace 8 meses

ejemplos de la microbiolencias​


elizabethuval: Ejemplos de microorganismos
Ejemplos de microorganismos
Herpes virus simple – fuego labial (virus)
Virus de inmunodeficiencia humana – SIDA (virus)
Rinovirus – gripe (virus)
H1N1 (virus)
Rotavirus – Provoca diarrea (virus)
Mycobacterium tuberculosis (bacteria)
Escherichia coli -Produce diarrea (bacteria)
Proteus mirabilis (infección del tracto urinario)

Respuestas a la pregunta

Contestado por maferpin1488
2

Respuesta: Ejemplos: 1-No participar en las labores domésticas, o sobrecargar en una única personas estas labores. 2-Abusar de la capacidad de cuido femenina: Asumir que dado que las mujeres son “expertas” en el cuido de personas, a ellas se les delega el cuido de niños y niñas, de enferm@s y de adult@s mayores

Contestado por user1275
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Respuesta:

las microbiolencias ej:De CERO Zaragoza

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¿SUFRES MICROVIOLENCIA DE GÉNERO Y NO LO SABES?

Las microviolencias son pequeños e imperceptibles controles y abusos de poder, prácticamente normalizados, que los hombres ejercen permanentemente sobre las mujeres.

Son hábiles artes de dominio, maniobras que sin ser muy notables, disminuyen la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres.

Se ven como algo natural tanto por mujeres como por hombres, por lo que su daño se ejerce impunemente, haciéndose visible a largo plazo.

Son de uso reiterado incluso en hombres que desde el discurso social, no podrían ser llamados violentos, abusadores o especialmente controladores o machistas.

El porcentaje de mujeres que viven en pareja y que sufren este tipo de “abusos” es muy alto.

Muchas no suponen intencionalidad, mala voluntad ni planificación. Son dispositivos mentales y corporales automatizados en el proceso de “hacerse hombres”, hábitos de reacción frente a las mujeres.

Pero, ¿que es una microviolencia entonces?, os estaréis preguntando. No es algo que se hace, es algo que se deja de hacer.

Tenemos dos grandes grupos:

1.- La no participación en lo doméstico: Esta “no participación” puede ser total o ser una pseudoimplicación, el hombre actúa solo como ayudante de la mujer. Esto último obliga a la mujer a ejercer la gerencia del hogar, teniendo que organizar e indicar lo que los demás (ayudantes) deben hacer en casa, con la sobrecarga consiguiente. Mejorando la calidad de vida del varón a expensas de la calidad de vida de la mujer.

2.- El abuso de la capacidad femenina de cuidado: Son maniobras que fuerzan a las mujeres a ejercer diferentes roles: madre, esposa, asistenta, secretaria, gestora, etc.

Se aprovecha la carga genética que tiene la mujer al estar predispuesta (es una predisposición y no algo totalitario, y así hay que entenderlo), por el hecho de ser “madre”, a cuidar a los demás y anteponer las necesidades ajenas a las propias; algo necesario cuando se tiene un bebe, el cual necesita atenciones constantes, pero que se utiliza, para que también antepongamos los deseos de “bebes con barba de 40 años” a los nuestros.

Además hay que añadir la educación, la cultura y el reparto de roles que han imperado durante siglos, donde son las mujeres las que deben atender al hombre, los hijos, familiares enfermos y por supuesto la casa. Estas ideas están tan arraigadas en el inconsciente de cualquier hombre o mujer, que no son fáciles de cambiar.

Esto nos lleva a ver cada vez más, a mujeres que se comportan como “superwoman”.

Que tienen su trabajo fuera de casa, y cuando se jornada laboral ha terminado, empieza la que les aguarda en casa.

Llega un momento en el que se pueden observar los siguientes efectos:

Fatiga crónica, deterioro de la autoestima, irritabilidad, y un malestar difuso que a veces es difícil de explicar por ellas mismas.

Estos “micromachismos” también tienen efectos devastadores en la pareja a largo plazo, con un perceptible distanciamiento y el comienzo de una “guerra fría” con la que no es fácil convivir.

"Las mujeres que sufren estos micromachismos, terminan teniendo síntomas de fatiga, apatía, irritabilidad, que se derivan en problemas de pareja, de los cuales el hombre suele culparlas"

Como nota positiva, añadiremos que aunque el porcentaje de “micromachismos” aun es muy alto, cada vez hay más hombres que apuestan por una relación sana e igualitaria, donde el reparto de tareas y de roles está equiparado y ven a su pareja como una “igual”

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