Ejemplos de electricidad termica
Respuestas a la pregunta
Hervir el agua. Tal y como dijimos anteriormente, al introducir calor de una llama a un recipiente con agua, podemos elevar la temperatura al multiplicar la energía térmica del sistema (su energía interna) hasta forzar el agua a un cambio de fase (evaporación). Lo mismo ocurre con el hielo: si lo extraemos del congelador, el calor del ambiente irradiará hacia el sólido hasta hacer de él agua líquida de nuevo.
Las chimeneas. Una chimenea no es más que un lugar en el que se mantiene una combustión de materia orgánica constante para que la energía calórica producida por el fuego irradie a las habitaciones conjuntas y mantenga caliente la casa.
Los calentadores. Útiles para mantener el agua a una temperatura ideal, los calentadores eléctricos operan en base a un conjunto de resistencias metálicas que transforman la energía eléctrica en energía calórica, incrementando la temperatura del agua hasta el punto debido.
El Sol. La más grande fuente de energía térmica de la que disponemos es el sol, cuyos procesos de combustión constantes irradian enormes cantidades de calor y de luz al universo que lo rodea. Los animales de sangre fría aprovechan esta fuente energética, por ejemplo, exponiéndose a la luz solar para calentar su organismo.
La bomba atómica. Las bombas atómicas y su versión pacífica, las centrales energéticas nucleares, no hacen sino producir reacciones atómicas en cadena (controladas en el caso de las centrales y sin control en el de las bombas) para generar grandes cantidades de energía calórica a partir de la alteración de las energías fundamentales del átomo.
Los termos caseros. Un termo lleno de café caliente, por ejemplo, es ideal para observar la energía calórica que irradia (si le acercamos la mano) y la que se conserva (si nos tomamos una taza). Esto ocurre porque el material del termo impide o reduce considerablemente la radiación calorífica y preserva la temperatura del líquido.
Los hornos de cocción. Los hornos funcionan a partir de la concentración de la energía térmica para incrementar la temperatura y ejercer cambios en los alimentos (cocinarlos). Esta energía proviene de la transformación de energía eléctrica (por resistencias) o de la combustión continua de gas natural.
El cuerpo humano. Las reacciones químicas que tienen lugar dentro de nuestro cuerpo, incluso la propia respiración, generan una cantidad de energía térmica que mantiene nuestra temperatura corporal alrededor de los 37 °C. Esa energía es perceptible y transmisible, de hecho los abrigos funcionan impidiendo la fuga de ese calor a través de la superficie de la piel.
La combustión de materia orgánica. Quemar madera, carbón u otras sustancias orgánicas inflamables es un método de obtención de energía térmica usual en la historia de la humanidad. De hecho, hoy en día ese calor se emplea para hervir agua que a su vez moviliza las turbinas que generan electricidad.