Ejemplos de creencias políticas:
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Respuesta:
Existe una opinión muy extendida de que cambiar de opinión no es fácil, ni rápido, ni cómodo. La convicción íntima de que nuestros prejuicios son poderosos refugios está muy instalada. Además, en su versión sublimada, no cambiar de opinión sigue siendo una opción revestida de categoría moral: la de la coherencia y la constancia. Así, lo que es una posible virtud se convierte en creencia inamovible e invulnerable a los hechos o argumentos que la desmientan o la contradigan. O, finalmente, nos sitúan en el terreno de la fe más que en el de la razón. Marcel Proust lo definía muy bien: «Los hechos no penetran en el mundo donde viven nuestras creencias, y como no les dieron vida no las pueden matar; pueden estar desmintiéndolas constantemente sin debilitarlas, y una avalancha de desgracias o enfermedades que una tras otra padece una familia no le hace dudar de la bondad de su Dios ni de la pericia de su médico».
Recientemente, la prestigiosa revista Scientific American ha publicado un estudio de Philip Pärnamets, investigador postdoctoral en psicología en la New York University y en el Karolinska Institutet, y de Jay Van Bavel, profesor asociado de psicología y neurociencia en la New York University, que demuestra cómo nuestras preocupaciones colectivas —identidad de grupo, valores morales y creencias políticas— alteran nuestras percepciones y evaluaciones del mundo que nos rodea.
Ambos investigadores realizaron un reciente experimento en el que demostraron que es posible engañar a las personas para que cambien sus opiniones políticas, por ejemplo, con argumentos morales. «De hecho, conseguimos que algunas personas adoptaran opiniones que eran completamente opuestas a sus ideas originales. Nuestros resultados implican que debemos repensar algunas de las maneras en las que pensamos acerca de nuestras propias actitudes, y cómo se vinculan al actual clima político altamente polarizado», afirman en la presentación de sus resultados.
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