Historia, pregunta formulada por ailynespinoza98, hace 1 día

ejemplos de creencias familiares​

Respuestas a la pregunta

Contestado por UnDonAlguien
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Respuesta:

Algunos ejemplos de creencias son: El colectivo terraplanista tiene la firme creencia de que el planeta Tierra es plano, en lugar de esférico. En ciertas regiones de América Latina existe la creencia popular de que al barrerle los pies a una persona, se impide que dicha persona se case.

Contestado por nahuelHD
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Respuesta:fami

Explicación:

1. Tal cosa no se te da bien, es cosa de familia. Mejor ni lo intentes

Si nuestra mente fuera una parcela de tierra cultivable, determinadas creencias familiares serían como la mala hierba que hay que retirar. Es muy común que padres, madres, abuelos, tíos, etc. tiendan de etiquetar de manera temprana a los niños. “Pedro es igual de torpe en matemáticas que su padre”. “Marta es como su hermana mayor, una patosa para los deportes”.

Comparar e invalidar a los niños porque en un momento puntual no parecen ser competentes en algo, es un error recurrente. Tal vez, en la edad adulta continuemos dando por sentado que es mejor no intentar ciertas cosas porque alguien nos dijo una vez que no valíamos…

2. No te fíes… (de las mujeres, de los hombres, de tus amigos, etc.)

La desconfianza es una dimensión que suele transmitirse muchas veces de padres a hijos. Los miedos y los prejuicios son como el moho que pasa de una generación a otra. Así, entre las creencias familiares más comunes que solemos heredar están esas reticencias a depositar la confianza en las personas porque —según nuestros padres— en algún momento, nos traicionarán.

3. La familia siempre es lo primero

La familia es un pilar importante en la vida de toda persona, es cierto. Sin embargo, no podemos convertir esta idea en un axioma absoluto. Hay circunstancias particulares que pueden justificar, por ejemplo, tener que dejar la familia de origen a un lado por salud mental.

Por tanto, en ocasiones nuestras creencias hacen que asumamos que, aunque determinadas figuras familiares nos traten mal, es nuestra obligación aguantarlo.

4. Nadie te va a querer

«Con ese carácter que tienes nadie te va a querer», «mírate, si no cuidas más tu aspecto físico no vas a gustar a nadie»… Son muchas las personas que arrastran tras de sí esa losa, la de la autoimagen distorsionada a causa de todos los mensajes recibidos en la infancia y adolescencia.

En ocasiones, la forma en que nos percibimos a nosotros mismos, viene mediada por esas creencias familiares. Es momento de desactivarlas.

   Cuidado, si no revisas las creencias familiares que te acompañan serás cautivo de por vida de ellas.

5. Creencias familiares que te inculcaron: ¡La vida es muy difícil, confórmate con lo mínimo!

En efecto, la vida no es un paseo ni un juego de parchís. La vida es un viaje lleno de imprevistos, pero no por ello vamos a rendirnos sin salir siquiera de puerto para navegar. Asumir que hay cosas que es mejor no intentar o que lo más adecuado es conformarnos con lo que vamos encontrándonos, no es un buen enfoque para nuestro desarrollo humano.

Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de California al respecto de las creencias poco lógicas o irracionales, nos señalaron algo en lo que vale la pena pensar. Hay ideas que asumimos y damos por ciertas sin pensar ni reflexionar en ellas. Es más, para evitar las disonancias cognitivas ni siquiera admitimos que nos contradigan.

Así, esto explica por qué muchas veces las creencias familiares nos abocan a permanecer en la zona de confort. Desafiar lo que nos han dicho implica valentía e incluso confrontar muchos de nuestros esquemas mentales. No obstante, hacerlo es prioritario.

Niño triste mirando por la ventana pensando en las creencias familiares

6. No tienes talento, así que no sueñes con cosas imposibles

No sueñes, no elucubres, no hagas castillos en el aire y pon los pies en el sueño. Tú no tienes talento, así déjate de tonterías porque lo que debes hacer es buscarte la vida en cosas prácticas.

Son muchos los adultos a los que cortaron sus alas ya desde bien temprano con la clásica idea de que eso que soñaban, no servía de nada. Pocas cosas hay más nocivas que hacer pedazos los ideales de un niño, sus sueños y castillos en el aire. Creer que lo que soñamos y deseamos son meras entelequias nos aboca a una vida demasiado gris y ordinaria.

7. Creencias familiares que damos por ciertas: no te quejes, en esta vida hay que ser fuertes

“No llores, no protestes, no te quejes, esconde esa mala cara… ¡La vida es dura y hay que aguantarse!”. Este tipo de creencias familiares que nos inocularon durante nuestros primeros años, suelen tener serias consecuencia.

La obligación de ser siempre fuertes y de poder con todo es la base de nuestro sufrimiento psicológico. Tenemos derecho a ser vulnerables, a protestar, a llorar y a lamentar lo que duele. Desactivemos este tipo de ideas de nuestra mente y ganaremos en felicidad…

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