EJEMPLOS DE CÓMO SE DA EL AUTOCONTROL PERSONAL Y ESCOLAR PLISSSS ES PARA MAÑANA Y NO LO ENCUENTRO
Respuestas a la pregunta
María sufría mucho -cada día más- por sus miedos e inseguridades. Una de las muchas situaciones que le generaban temor y ansiedad es la siguiente… Creía que merecía una mejor retribución por las muchas horas que dedicaba a su trabajo. Sabía que debía plantear la situación a su jefe. Sin embargo, siempre que lo intentaba el miedo la paralizaba, en consecuencia, siempre lo aplazaba para una mejor ocasión… Y el malestar, la insatisfacción y el estrés iban en aumento, incluso estaba afectando a su concentración en el trabajo.
¿Por qué tiene miedo María? No tiene miedo por la situación concreta que ha de afrontar, puesto que para otras personas puede ser incómoda, pero no paralizante… tiene miedo por lo que ocurre en su interior. Veamos…
María percibe la situación como amenazante y se dice a sí misma cosas como “me va a despedir”, “me va a gritar y humillar”, “no voy a saber qué decir”, “soy una inútil”, “es un explotador”… un diálogo interior del que, casi, no era consciente, y que nace de creencias e ideas preconcebidas poco realistas, como por ejemplo, algunas relacionadas con un bajo concepto de sí misma y algunas otras sobre ‘la humanidad’ de la clase empresarial.
Al tener la percepción de que está en peligro su empleo y su valía personal, se disparan los mecanismos fisiológicos instintivos de tensión: tiene palpitaciones, respira con dificultad, siente rigidez en la nuca, molestias estomacales, etc. Sensaciones que agudizan la experiencia de malestar e incapacidad… con el paso de los días se siente más incapaz para abordar la situación y solucionar su problema.
Como consecuencia directa de todo ello, su comportamiento no puede ser otro que evitar afrontar el problema. Entrando en un bucle de insatisfacción y ansiedad.
¿Cómo pudo María controlar su miedo? Básicamente, María tuvo que aprender respuestas de autocontrol que sustituyeron a sus habituales -y muy repetidas- respuestas de negatividad y tensión, responsables de su incontrolable sentimiento de temor.
Por un lado, tuvo que hacerse cargo de sus pensamientos, creencias e interpretaciones negativas y poco realistas. Mediante técnicas cognitivas, -entre otras-, consiguió cambiar su enfoque amenazante de la situación, y poco a poco, logró reinterpretarla de forma más positiva y constructiva.
Por otro lado, tuvo que controlar sus reacciones de tensión físicas. Para ello, aprendió técnicas de respiración y relajación corporal, que le ayudaron a hacer frente a ésta y otras situaciones conflictivas detonantes de ansiedad. Además, la práctica de meditación mindfulness (‘atención plena’) le permitieron reducir la reactividad de su cerebro emocional, recuperando el equilibrio y la templanza en muchas otras áreas de su vida.
Y, por supuesto, con todo ello, su comportamiento también cambió, ya no evitaba situaciones que le producían incomodidad y temor. Se percibía a sí misma con control sobre sus emociones, se sentía con recursos para hacerles frente.