Ejemplos de asombro profundo, duda de lo asombrado y situaciones límites. (es de la materia Filosofía) muchas gracias❤
Respuestas a la pregunta
Ante el asombro de que haya cosas, cuando bien pudo no haber nada, los seres humanos empezaron a filosofar y se preguntaron por el origen o fundamento de lo que hay. Lo que asombra, la sorpresa, hace que nos preguntemos por aquello que nos sorprende.
Hay dos tipos de duda filosófica: la duda pirroniana y la duda metódica.
La primera debe su nombre a Pirrón de Elis, que vivió entre 360 y 270 a.C. Él era un escéptico, no creía que pudiese conocerse nada. Incluso esta afirmación le parecía de una magnitud difícil de afirmar ya que, si afirmo no conocer nada, eso mismo es conocimiento por el hecho de saber que no se puede algo. Por esta razón, podríamos decir que para evitar mentir, Pirrón prefería incluso no hablar y se limitaba a apuntar con el dedo para comunicarse. A pesar de la extravagancia de una vida como esa, este filósofo era íntegro y actuaba acorde a su forma de concebir el mundo: cuando le practicaron dos operaciones quirúrgicas, mucho antes de que existiera la anestesia, Pirrón no realizo una queja ni salió ningún grito por su garganta. Hacer tal cosa sería afirmar de manera indirecta “me duele”. Su integridad lo llevo a ser admirado por sus conciudadanos que hicieron una ley por la cual los filósofos estaban eximidos de pagar impuestos.
Pero, además de esta duda que parece llevarnos a un callejón sin salida, también está la duda cartesiana. Es una duda que se usa como método para alcanzar conocimiento. Descartes, al darse cuenta de que muchas cosas que había aprendido luego resultaron ser falsas, decide realizar unas meditaciones metafísicas. Como muchas de las cosas que conocía no eran verdaderas, empieza estas meditaciones dudando de todo, incluso de sus sentidos, más aun, de si está despierto o dormido y, yendo aún más lejos, duda incluso de si 2 + 2 es igual a 4 porque tal vez él se equivoca en tal razonamiento o porque tal vez hay un genio maligno que lo engaña y pone toda su voluntad en confundirlo. Pero podemos llegar a una conclusión a través de dudar de esa manera que parece infranqueable: si hay un genio que me engaña, que me engañe en cuanto quiera que no podrá hacerme dudar de esto: si me engaña y, aunque engañado, pienso, entonces existo.