ejemplo de soberanía nacional del territorio Argentino
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Respuesta:
En días donde Argentina se prepara como sede de un nuevo encuentro entre los líderes de los países que integran el G-20, un foro internacional que a partir de la gran crisis de 2008 decidió -siempre en el plano de los supuestos- abordar los grandes desafíos globales y generar políticas públicas que los resuelvan, nuestro país conmemora un nuevo aniversario de aquella gesta comandada por Rosas.
La batalla que se conmemora tuvo lugar en las aguas del río Paraná el 20 de noviembre de 1845, cuando el Ejército argentino enfrentó a las fuerzas anglo- francesas que pretendían tomar el control comercial de la región litoral (la intención era negociar directamente con las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes), eludiendo el control aduanero ejercido por Buenos Aires y a cargo de Juan Manuel de Rosas.
La épica victoria criolla fue un llamado de atención para el mundo todo en cuanto a la determinación de administración gubernamental de la Argentina para con el pleno ejercicio de su soberanía.
El notorio desempeño estratégico del cuerpo armado, así como su coraje y capacidad resolutiva, quedaron plasmados en la célebre epístola que el general don José de San Martín le envió a su amigo Tomás Guido:
Grand Bourg, 10 de mayo de 1846. Mi querido amigo: Sarratea me entregó a mi llegada a ésta su muy apreciable del 12 de enero; a su recibo ya sabía la acción de Obligado. ¡Qué iniquidad! de todos modos los interventores habrán visto por este “hechantillón” (en francés, échantillon: en español, muestra) que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que el de abrir la boca: a un tal proceder, no nos queda otro partido que el de no mirar el porvenir y cumplir con el deber de hombres libres, sea cual fuere la suerte que nos depare el destino; que por mi íntima convicción, no sería un momento dudosa en nuestro favor, si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá sobre nuestra Patria, si las naciones europeas triunfan en esta contienda, que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España. Convencido de esta verdad, crea usted mi buen amigo, que jamás me ha sido tan sensible, no tanto mi avanzada edad, como el estado precario de mi salud, que me priva en estas circunstancias ofrecer a la patria mis servicios, no por lo que ellos puedan valer, sino para demostrar a nuestros compatriotas, que aquella tenía aun un viejo servidor cuando se trata de resistir a la agresión la más injusta y la más inicua de que haya habido ejemplo...”