Religión, pregunta formulada por laminina6863, hace 1 año

Ejemplo de mujeres de oracion en la biblia , .

Respuestas a la pregunta

Contestado por valeryallen
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3. Ruth.  El Libro de Ruth narra la historia de Elimelec, un hombre de Belén de Judá  quien emigró con su familia al país de Moab. Su esposa era Noemí y sus hijos Quilión y Majlón. Al morir Elimelec sus dos hijos se casaron con Orfá y con Rut respectivamente, ambas de Moab.

Años más tarde murieron Quilión y Majlón, y Noemí decidió regresar a Belén de Judá acompañada por sus dos nueras. Pero Rut decidió quedarse con Noemí, por lealtad hacia ella,  a pesar de que ésta pidió a ambas que regresaran con sus familias a Moab.

Debido a la pobreza en que vivían Noemí y Rut en Belén, ésta se puso a trabajar en el campo de Booz recogiendo los granos sobrantes de la cosecha. Booz era uno de los goeles (descendientes de un antepasado común, quienes se hacían responsables de la familia, si ésta no tenía descendencia) de la familia de Elimelec y, como otro goel no estuvo dispuesto a casarse con Rut ni a hacerse responsable de la pésima situación en que se encontraban Noemí y Rut, ese deber lo aceptó Booz, quien ya se había sentido atraído por la moabita. De ese matrimonio nació un hijo, Obed, quien más tarde fue el abuelo del rey David.

Así Rut ingresa por sus propios méritos y virtudes en la religión judía, a pesar de su ascendencia moabita y de adorar a un diferente dios.

4. Ana. Penina siempre molestaba a Ana y la hacía sentir mal porque el Señor no le permitía tener hijos.

Un día, después de comer, Ana se levantó calladamente y se fue a orar al santuario. El sacerdote Elí estaba allí. Ana estaba muy triste y lloraba mucho mientras oraba al Señor Le hizo una promesa a Dios: «Señor, Todopoderoso, mira lo triste que estoy. ¡Acuérdate de mí! No me olvides. Si me concedes un hijo, te lo entregaré a ti. Será un nazareo: no beberá vino ni bebidas embriagantes, y nunca se cortará el cabello».

Elcaná tuvo relaciones sexuales con su esposa Ana, y el Señor se acordó de Ana. Ella concibió y para esas fechas al año siguiente, dio a luz un hijo. Ana le puso por nombre Samuel, pues dijo: «Su nombre es Samuel porque se lo pedí al Señor».  Ese año Elcaná fue a Siló con su familia para ofrecer sacrificios y cumplir las promesas que le había hecho al Señor. Pero Ana no lo acompañó, sino que le dijo:

—No iré a Siló hasta que el niño tenga la edad suficiente para comer alimento sólido. Entonces se lo entregaré al Señor, será un nazareo y se quedará en Siló.

Luego Ana entregó el niño al sacerdote Elí,  y le dijo:

—Perdón, señor, yo soy la misma mujer que usted vio orar al Señor. Le aseguro que lo que digo es cierto.  Oré por este hijo, y el Señor contestó mi oración, dándomelo. Ahora se lo entrego al Señor, y él le servirá  toda su vida. Entonces Ana dejó ahí al niño y adoró al Señor.

Y, en el Nuevo Testamento

5. La profetisa Ana. Lucas, en su Evangelio, cita y recoge el testimonio de los pocos testigos que consiguieron ver al Mesías en el infante recién nacido: sus padres, María y José, los ángeles, los pastores, los magos, Simeón y Ana, de la que dice Luc. 2,36-38 : ¨Estaba también allí, Ana, profetisa, hija de Fanuel,  de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, había vivido con su marido siete años desde su virginidad y era viuda hacía ochenta y cuatro años. Y no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén¨

6. María Magdalena, de la que el Señor expulsó siete demonios y luego, atraída por la misericordia de Jesucristo, se convirtió en una de las mujeres valientes que asistían  a Jesús. La primera persona a la que Cristo habló después de su resurrección. Conforme Cristo anunció, allá donde se predica el Evangelio se habla de esta mujer que, con un gran corazón, supo hacer una conversión radical de su vida.

7. La Mujer samaritana, cuyo nombre no conocemos, aunque era muy conocida en su ciudad y, después de su mala vida pasada,  se convirtió en evangelizadora al conocer ¨las fuentes de agua viva¨  que Cristo le descubre.

8. Las hermanas Marta y María, de la familia de Lázaro en Betania, donde Cristo encontraba un hogar de amigos en los que podía confiar y un lugar donde encontrar reposo. Cristo las puso de modelo de cómo se hace compatible el trabajo y la oración.

9. Lidia: con un corazón hospitalario facilitó la entrada del cristianismo en la Europa de entonces, al acoger y proteger en su hogar a los discípulos que necesitaban donde refugiarse. En Hechos 16,13 se narra su conversión. Lidia era vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira. Se convirtió y albergó a Pablo en su hogar en ese día y posteriormente cuando Pablo salió de la cárcel. Luc 16,40


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