Eduardo Reymundo "Lalo" rey
un breve resumen
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Respuesta:
Nació y creció en Gualeguaychú y por distintas circunstancias emigró a Buenos Aires. «Lalo», a quién sus padres habían bautizado como Eduardo Raymundo Rey, era el menor de los cuatro hermanos varones que junto con las cinco hermanas completaban el frondoso álbum familiar. Había nacido el 7 de enero de 1929 en Gualeguaychú, ciudad que abandonaría pasado los veinte años. Sus padres, Emma Elvira Bentancourt y Julio Benjamín Rey, más conocido como «Ramón», quien tenía su taller de herrería junto a su vivienda, en la zona de la actual Terminal de Ómnibus.
La vida, la necesidad, la esperanza, llevaron a Héctor Inocencio primero y luego a Eduardo Raymundo a la zona norte del Gran Buenos Aires. Allí «Lalo» abrazó la política, la preocupación por sus compañeros, por su barrio.
Reconstruir una historia con otras
Indagar sobre la vida de una persona, como una biografía, no es una tarea sencilla. Conversando con uno de sus sobrinos, Julio César Rey, y quien, a través de su propia experiencia como obrero y delegado sindical, nos permite tejer una semblanza de su familia y, claro, de su tío Lalo. « En ese momento había como una delegación local acá en Gualeguaychú. Después del golpe del año 1955 que derroca a Perón, lo trasladan a Buenos Aires, a trabajar a Retiro.
Yo tenía 7 años en ese entonces» nos dice Julio Cesar, más conocido por su segundo nombre. Entre los Rey va a desembarcar el «tío Lalo», que para ese entonces tenía 26 años. Allí comienza a trabajar en un taller sobre calle Centenario, en la zona de Beccar, partido de San Isidro, y luego se transformaría en obrero metalúrgico al ingresar a la fábrica Del Carlo, una autopartista ubicada en la misma zona. La década del setenta lo encontró a Eduardo en la zona norte del conurbano bonaerense, más precisamente en el barrio «Los Troncos» de Gral.
Por esos días se repartía entre el trabajo de obrero metalúrgico, su afición por el fútbol y las guitarreadas con los compañeros. En esos convulsionados años, a Lalo no se le conoce esposa ni hijos.
Secuestro, detención y desaparición
Seguramente, en aquel mes de abril y apenas transcurridos veintiún días de iniciada la cruenta dictadura militar, no esperaba el desenlace que tuvo su existencia. Posiblemente el «pecado» que había cometido fue preocuparse por alguna situación irregular en la fábrica o el haber salido en defensa de algún compañero que lo necesitaba. Cabe remarcar, que aquel lejano 14 de abril alguien decidió, como un todopoderoso, que la vida de Lalo debía apagarse.
Explicación:
La historia de Eduardo "Lalo" Rey