durante la crisis por la pandemia en nuestro país que otros problemas sociales se han evidenciado? menciona algunos ejemplos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La economía ha bajado de una manera muy fea, los hospitales están llenos
Explicación:
o no se a que te refieres :v
Respuesta:
Los primeros indicios apuntan a que el virus causante del COVID-19 supone un mayor riesgo directo para la salud de los hombres, en particular de los hombres mayores. Pero la pandemia está exponiendo y explotando desigualdades de todo tipo, incluida la desigualdad de género. A largo plazo, sus consecuencias sobre la salud, los derechos y las libertades de las mujeres podrían perjudicarnos a todos.
Las mujeres ya están sufriendo el impacto mortal de los cierres y las cuarentenas. Estas restricciones son esenciales, pero hacen que las mujeres atrapadas con parejas abusivas queden más expuestas a la violencia. En las últimas semanas se ha producido un repunte alarmante de la violencia doméstica en todo el mundo: la mayor organización de apoyo del Reino Unido informa de que las llamadas han aumentado en un 700 %. Al mismo tiempo, se están produciendo recortes y cierres en los servicios de apoyo a las mujeres en situación de riesgo.
La profunda recesión económica que acompañe a la pandemia probablemente tenga un rostro claramente femenino.
Este era el trasfondo de mi reciente llamamiento a la paz en los hogares de todo el mundo. Desde entonces, más de 143 Gobiernos se han comprometido a apoyar a las mujeres y las niñas expuestas a la violencia durante la pandemia. Todos los países pueden hacer algo: hacer que los servicios de apoyo estén disponibles en línea, ampliar los refugios para las víctimas de violencia doméstica y designarlos como esenciales y redoblar el apoyo a las organizaciones de primera línea. La alianza de las Naciones Unidas con la Unión Europea para eliminar la violencia de género, la Iniciativa Spotlight, está trabajando con los Gobiernos de más de 25 países en la puesta en práctica de estas medidas y otras similares, y está dispuesta a ofrecer más apoyo.
Pero la amenaza que plantea el COVID-19 para los derechos y libertades de las mujeres va mucho más allá de la violencia física. Es probable que la profunda recesión económica que acompañe a la pandemia tenga un rostro claramente femenino.
Pero ahora, varios decenios después, el COVID-19 amenaza con reintroducir esas condiciones, y otras peores, en la vida de muchas mujeres de todo el mundo. Las mujeres están representadas de forma desproporcionada en trabajos mal pagados o sin beneficios como el trabajo doméstico, el trabajo ocasional, la venta ambulante y los servicios de pequeña escala, como la peluquería. La Organización Internacional del Trabajo estima que solo en los próximos tres meses se perderán casi 200 millones de puestos de trabajo, muchos de ellos precisamente en esos sectores.
Esta pandemia supone un desafío no solo para los sistemas sanitarios de todo el mundo, sino también para nuestro compromiso con la igualdad y la dignidad humana.
La pandemia del COVID-19 ha dejado más claro que nunca que el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres está subvencionando tanto los servicios públicos como los beneficios privados. Este trabajo debe tenerse en cuenta en los datos económicos y en la toma de decisiones. Todos saldremos ganando si existen mecanismos laborales que reconozcan las responsabilidades relacionadas con el cuidado de las personas y modelos económicos inclusivos que valoren el trabajo en el hogar.