Durante la Copa del Mundo de 2010 en Sudáfrica, los periodistas comentaron sobre el clima frío. ¿Por qué hacía frío allí en los meses de junio y julio?
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Respuesta
Sudáfrica está situada en el hemisferio sur, donde las estaciones siguen el ritmo opuesto al hemisferio norte. Cuando aquí estamos apunto de entrar en el verano, cosa que haremos oficialmente el próximo lunes, allí están acabando los últimos días otoñales y se les está echando encima el invierno. No es ni más ni menos que consecuencia de la inclinación del eje de la Tierra con respecto al plano en el que ésta gira alrededor del Sol. Pero aún así, a pesar de que sepamos que el invierno está cerca por aquellas tierras, seguimos teniendo esa idea preestablecida de que África es el país del sol y del calor, del verano perpétuo a fin de cuentas. Una idea basada sobre todo en el hecho de que el continente africano tiene todas sus tierras relativamente cerca del ecuador. De hecho, la parte más septentrional de África está más al sur que la península ibérica, mientras que la parte más meridional, donde se encuentra Sudáfrica, se encuentra sobre los 33º de latitud, una latitud similar a la de las islas Canarias. Johannesburgo, por ejemplo, que es donde la selección española juega su próximo partido, se encuentra a 26º de latitud sur, más cercana al ecuador que por ejemplo Las palmas de Gran Canarias.
Pero en contra de lo que sucede en nuestras íslas afortunadas donde los inviernos son tan suaves que ni existen, para el próximo partido de España en Johannesburgo se espera que las temperaturas ronden los 0ºC a la hora del partido. La clave de todo esto se encuentra en el otro factor trascendente en relación con la temperatura que tiene un determinado lugar además de la latitud, y que no es otro que la altitud. Johannesburgo se encuentra ni más ni menos que a 1.753 metros sobre el nivel del mar, una altura bastante considerable y que es la responsable de las bajas temperaturas. La atmósfera no se calienta de arriba hacia abajo ya que los rayos del sol la atraviesan prácticamente sin calentarla. En cambio, sí que son capaces de calentar la superficie terrestre, la cual al desprender parte de ese calor captado, calienta la atmósfera de abajo hacia arriba. Esto explica el por qué conforme ganamos altura la temperatura desciende a pesar de ir acercándonos hacia el sol. De hecho, en los partidos del mundial que se juegan a nivel del mar, las temperaturas son mucho más agradables, rondando en muchos casos los 20ºC.