durante el cautiverio de atahualpa varios indigena se unieron a pizarro ¿porque ocurrio esto?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: La columna española tuvo ante sus ojos Cajamarca, objetivo de su viaje, el viernes 15 de noviembre de 1532 hacia el medio día. Los españoles estuvieron maravillados, nos dice Cieza de León, por el hermoso aspecto de los campos del valle y de las laderas, alusión sin duda a los andenes tan característicos del ordenamiento del espacio serrano en los Andes centrales. Aproximadamente a una legua al norte de la ciudad, Pizarro, a la cabeza de una vanguardia que marchaba desde el amanecer, decidió detenerse y esperar al grueso de la tropa.
Explicación: Desde las alturas por donde habían desembocado sobre la planicie, la ciudad se ofrecía a los ojos de los españoles, una capital regional del Imperio inca de cierta importancia, indudablemente con varios miles de habitantes, construcciones civiles y religiosas. También pudieron darse cuenta de que el Inca no se hospedaba en la ciudad. A cerca de una legua, Atahualpa había instalado un campamento compuesto en su mayor parte por tiendas de tela blanca que impresionó mucho a los españoles por sus dimensiones pues, en opinión general, se extendía por lo menos sobre una legua cuadrada. Era otra ciudad, según Ruiz de Arce. Allí se encontraban reunidos innumerables servidores, una muchedumbre de cortesanos, un sinfín de cargadores, un verdadero ejército de varios miles de soldados, y grandes rebaños de llamas. Varios testigos, que después fueron cronistas de la campaña, no esconden los sentimientos que experimentaron entonces. Miguel de Estete evoca el gran temor que sintió con sus compañeros al ver este espectáculo y al pensar en los combates que los esperaban, a ellos que no eran ni siquiera doscientos. Cristóbal de Mena habla de manera más prosaica y más neutral de su gran miedo. Sin embargo, los soldados se esforzaron por no demostrar nada,