Historia, pregunta formulada por michellenavas002, hace 1 mes

doy coronita ayudame porfaa..
Cómo influyó el Liberalismo Político en el inicio de la independencia de Chile ? escribe con tus palabras

Respuestas a la pregunta

Contestado por brianaflores0310
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Respuesta:

Explicación:

Como bien se sabe, el 18 de septiembre de 1810 no se produjo la Independencia de Chile.  

La invasión napoleónica a España (1808), hizo que surgiera entre las elites dirigentes la pregunta sobre el modo en que los chilenos debían gobernarse. Claramente, no había que someterse al invasor francés. Pero tampoco a las juntas españolas. Básicamente, porque se consideraba que las provincias españolas —Chile, entre ellas— se vinculaban a la Península como patrimonio directo de la Corona y no como parte del Estado español. En consecuencia, se pensaba que, ausente el monarca, el poder volvía al pueblo, el que podía (y debía) buscar la mejor forma de auto-gobernarse.

Ahora bien, pese a que la Junta de 1810 ratificó su fidelidad al monarca cautivo —y todo ello en virtud de ideas tradicionales españolas sobre el origen popular del poder lo cierto es que, al poco andar, comenzaron a adquirir gran importancia principios claves del liberalismo político.

En términos generales, este liberalismo puede entenderse como el reconocimiento de sujetos-ciudadanos que pactan la construcción de la sociedad con el Estado, obligándose éste a garantizar un conjunto de libertades y derechos de los primeros. De este concepto, derivan algunos principios esenciales, a saber: soberanía popular, democracia representativa, constitucionalismo, separación de poderes y derechos naturales.

Todos estos principios estuvieron presentes desde los albores del proceso autonomista (y después separatista) en Chile. O sea, más allá de querer construir un nuevo orden, autónomo o derechamente independiente de la monarquía, resultaba claro que había que dejar atrás el pasado absolutista, caracterizado por una centralización estatal frente a los individuos y la sociedad civil.

Ya el Catecismo Político Cristiano de 1810, firmado por un tal “José Amor de la Patria” señalaba claramente su adhesión a la democracia representativa: “El gobierno republicano, el democrático, en que manda el pueblo por medio de sus representantes o diputados que elige, es el único que conserva la dignidad y majestad del pueblo, es […] el menos expuesto a los horrores del despotismo y de la arbitrariedad”.

Asimismo, la influencia liberal se puso en evidencia con la necesidad de establecer un nuevo orden mediante la promulgación de constituciones. En el período de la Patria Vieja (1810-1814) surgieron tres reglamentos constitucionales: los de 1811, 1812 y 1814. Precisamente, en base a estos documentos podían consagrarse los principios de soberanía popular y de democracia representativa. Si bien después de alcanzada la Independencia (1818) se intentaron cinco ordenes constitucionales (incluyendo el llamado “ensayo federal” de 1826, expresado en un conjunto de leyes), ya desde un comienzo existía la idea de que la Constitución que Chile adoptara debía armonizar con las características reales del país.

Por otra parte, en los primeros principios del proceso autonomista ocupó un lugar central la garantía de determinados derechos naturales o libertades, por ejemplo: libertad de imprenta, de industria, de propiedad, de seguridad personal, etc. Lo que se trataba era de garantizar ciertas libertades para los individuos frente a la opresión estatal que suponía el antiguo régimen o absolutismo.

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