Filosofía, pregunta formulada por belendozo21, hace 18 horas

DOY CORONAA AYUDAAA PORFAVORRR!!! ME PUDEN EXPLICAR ESTE TEXTO CORTO??!!

¿POR QUÉ ESTA INVESTIGACION AHORA? A pesar de la abundancia de malas noticias, durante la última década hemos asistido a una eclosión sin precedentes de investigaciones científicas sobre la emoción, uno de cuyos ejemplos más elocuentes ha sido el poder llegar a vislumbrar el funcionamiento del cerebro gracias a la innovadora tecnología del escáner cerebral. Estos nuevos medios tecnológicos han desvelado por vez primera en la historia humana uno de los misterios más profundos: el funcionamiento exacto de esa intrincada masa de células mientras estamos pensando, sintiendo, imaginando o soñando. Este aporte de datos neurobiológicos nos permite comprender con mayor claridad que nunca la manera en que los centros emocionales del cerebro nos incitan a la rabia o al llanto, el modo en que sus regiones más arcaicas nos arrastran a la guerra o al amor y la forma en que podemos canalizarlas hacia el bien o hacia el mal. Esta comprensión —desconocida hasta hace muy poco— de la actividad emocional y de sus deficiencias pone a nuestro alcance nuevas soluciones para remediar la crisis emocional colectiva. Para escribir este libro he tenido que aguardar a que la cosecha de la ciencia fuera lo suficientemente fructífera. Este conocimiento ha tardado tanto en llegar porque, durante muchos años, la investigación ha soslayado el papel desempeñado por los sentimientos en la vida mental, dejando que las emociones fueran convirtiéndose en el gran continente inexplorado de la psicología científica. Y todo este vacío ha propiciado la aparición de un torrente de libros de autoayuda llenos de consejos bien intencionados, aunque basados, en el mejor de los casos, en opiniones clínicas con muy poco fundamento científico, si es que poseen alguno. Pero hoy en día la ciencia se halla, por fin, en condiciones de hablar con autoridad de las cuestiones más apremiantes y contradictorias relativas a los aspectos más irracionales del psiquismo y de cartografiar, con cierta precisión, el corazón del ser humano. Esta tarea constituye un auténtico desafío para quienes suscriben una visión estrecha de la inteligencia y aseguran que el CI (CI: coeficiente o cociente intelectual) es un dato genético que no puede ser modificado por la experiencia vital y que el destino de nuestras vidas se halla, en buena medida, determinado por esta aptitud. Pero este argumento pasa por alto una cuestión decisiva: ¿qué cambios podemos llevar a cabo para que a nuestros hijos les vaya bien en la vida? ¿Qué factores entran en juego, por ejemplo, cuando personas con un elevado CI no saben qué hacer mientras que otras, con un modesto, o incluso con un bajo CI, lo hacen sorprendentemente bien? Mi tesis es que esta diferencia radica con mucha frecuencia en el conjunto de habilidades que hemos dado en llamar inteligencia emocional, habilidades entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Y todas estas capacidades, como podremos comprobar, pueden enseñarse a los niños, brindándoles así la oportunidad de

sacar el mejor rendimiento posible al potencial intelectual que les haya correspondido en la lotería genética.

Más allá de esta posibilidad puede entreverse un ineludible imperativo moral. Vivimos en una época en

la que el entramado de nuestra sociedad parece descomponerse aceleradamente, una época en la que el

egoísmo, la violencia y la mezquindad espiritual parecen socavar la bondad de nuestra vida colectiva. De ahí

la importancia de la inteligencia emocional, porque constituye el vínculo entre los sentimientos, el carácter y

los impulsos morales. Además, existe la creciente evidencia de que las actitudes éticas fundamentales que

adoptamos en la vida se asientan en las capacidades emocionales subyacentes. Hay que tener en cuenta que

el impulso es el vehículo de la emoción y que la semilla de todo impulso es un sentimiento expansivo que

busca expresarse en la acción. Podríamos decir que quienes se hallan a merced de sus impulsos —quienes

carecen de autocontrol— adolecen de una deficiencia moral porque la capacidad de controlar los impulsos

constituye el fundamento mismo de la voluntad y del carácter.

Por el mismo motivo, la raíz del altruismo radica en la empatía, en la habilidad para comprender las

emociones de los demás y es por ello por lo que la falta de sensibilidad hacia las necesidades o la

desesperación ajenas es una muestra patente de falta de consideración. Y si existen dos actitudes morales

que nuestro tiempo necesita con urgencia son el autocontrol y el altruismo. ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por almasanagustin905
1

Respuesta:

es un autocontrol

Explicación:

espero que te ayude


belendozo21: pero como explicarias ese texto?? lo necesito urgentemente
almasanagustin905: por qué autocontrol los senti9
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