Castellano, pregunta formulada por madeleinellandinezzz, hace 1 mes

doy corona porfa es para hoy
Lee el texto cuidadosamente y relaciona su contenido con: datos históricos,
situaciones
socioculturales y otros datos que puedas reunir para dar cuenta de la relación entre la obra y su contexto. Luego, redacta un breve informe.

DE LA GRAN BATALLA QUE HUBIMOS CON EL PODER DE TLASCALA
Otro día de mañana que fue cinco de setiembre pusimos los caballos en concierto, que no quedó ninguno de los heridos que allíno saliesen para hacer cuerpo y ayudasen lo que pudiesen; y apercibidos los ballesteros que con gran concierto gastasen el almacén, unos armando, otros soltando, y los escopeteros por el consiguiente, y los de espada y rodela con la estocada o
cuchillada que diésemos que pasasen las entrañas porque no se osasen juntar tanto como la otra vez; y la artillería bien apercibida iba. No habíamos andado medio cuarto de legua cuando vimos asomar los campos llenos de guerreros con grandes penachos y sus divisas y mucho ruido de trompetillas y bocinas. Aquí había bien que escribir y ponerlo en relación lo que en esta peligrosa y dudosa batalla pasamos, porque nos cercaron por todas partes tantos guerreros, que se podría comparar como si hubiese unos grandes prados de dos leguas de ancho y otras tantas de largo y en medio de ellos cuatrocientos hombres. Así era: todos los campos llenos
de ellos y nosotros obra de cuatrocientos, muchos heridos y dolientes. Y supimos cierto que esta vez venían con pensamiento que no habían de dejar ninguno de nosotros con vida. Pues comenzaron a romper con nosotros, ¡qué granizo de piedras de los honderos! Pues flecheros,
todo el suelo hecho parva de varas tostadas de a dos gajos, que pasan cualquier arma y las entrañas adonde no hay defensa; y los de espada y rodela y de otras mayores que espadas, como montantes, y lanzas ¡qué prisa nos daban y con qué braveza se juntaban con nosotros y con qué grandísimas gritas y alaridos! Nosotros nos ayudábamos con tan gran concierto con nuestra artillería y escopetas y ballestas, que les hacíamos apartar, y no se juntaban tanto como la otra vez pasada. Los de a caballo estaban tan diestros y hacínalo tan varonilmente que después de Dios que es el que nos guardaba ellos fueron fortaleza. Una cosa nos daba la vida, y era que como eran muchos y estaban amontonados, los tiros les hacían mucho mal, y además de esto no se sabían capitanear, porque no podían allegar todos los capitanes con sus gentes; y a lo que supimos, desde la otra batalla pasada habían tenido pendencias y rencillasentre el capitán Xicotenga con otro capitán hijo de Chichimecatecle, sobre que decía un capitán al otro que no lo había hecho bien en la batalla pasada. De manera que en esta batalla no quiso ayudar con su gente Chichimecatecle a Xicotenga; antes supimos muy ciertamente que convocó a la capitanía de Huexocingo que no pelease. Además de esto, desde la batalla pasada temían los caballos, tiros, espadas y ballestas, y nuestro buen pelear, y sobre todo, la gran misericordia de Dios que nos daba esfuerzo para sustentarnos. Allí nos mataron un soldado e hirieron más de sesenta, y también hirieron a todos los caballos. A mí me dieron dos heridas, la una en la cabeza, de pedrada, y otra en el muslo, de un flechazo; mas no eran para dejar de pelear y velar y ayudar a nuestros soldados; y asimismo lo hacían todos los soldados que 17 estaban heridos, que si no eran muy peligrosas las heridas habíamos de pelear y velar con ellas, porque de otra manera pocos quedaron que estuviesen sin heridas. Luego nos fuimos a nuestro real muy contentos y dando muchas gracias a Dios, y enterramos el muerto en una de aquellas casas que tenían hechos en los subterráneos, porque no lo viesen los indios que éramos mortales, sino que creyesen que éramos teúles, como ellos decían; y derrocamos mucha tierra encima de la casa porque no oliesen los cuerpos, y se curaron todos los heridos. ¡Oh qué mal refrigerio teníamos, que aun aceite para curar ni sal había! Otra falta teníamos, y grande, que era ropa para abrigarnos, que venía un viento tan frío de la sierra nevada, que nos hacía tiritar, porque las lanzas, escopetas y ballestas mal nos cobijaban.

Respuestas a la pregunta

Contestado por kebantonyparimaquera
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Respuesta:

Otro día de mañana, que fueron cinco de septiembre de mil quinientos diez y nueve años, pusimos los caballos en concierto, que no quedó ninguno de los heridos que allí no saliesen para hacer cuerpo y ayudasen lo que pudiesen; y percibidos los ballesteros que con gran concierto gastasen el almacén, unos armando, otros soltando, y los escopeteros por el consiguiente, y los de espada y rodela que la estocada o cuchillada que diésemos que pasasen las entrañas porque no se osasen juntar tanto como la otra vez. La artillería bien apercibida iba; y como ya tenían aviso los de caballo que se ayudasen unos a otros, y las lanzas terciadas, sin pararse a lancear, sino por las caras y ojos, entrando y saliendo a media rienda, y que ningún soldado saliese del escuadrón; y con nuestra bandera tendida y cuatro compañeros aguardando al alférez Corral. Así salimos de nuestro real, y no habíamos andado medio cuarto de legua cuando vimos asomar los campos llenos de guerreros con grandes penachos y sus divisas, y mucho ruido de trompetillas y bocinas. Aquí había bien que escribir y ponerlo en relación lo que en esta peligrosa y dudosa batalla pasamos, porque nos cercaron por todas partes tantos guerreros que se podría comparar como si hubiese unos grandes prados de dos leguas de ancho y otras tantas de largo (y) en medio de ellos cuatrocientos hombres; así era(n) todos los campos llenos de ellos, y nosotros obra de cuatrocientos, muchos heridos y dolientes. Y supimos cierto que esta vez que venían con pensamiento que no habían de dejar ninguno de nosotros con vida, que no habían de ser sacrificados a sus ídolos.

Explicación:

espero y te sirva xd

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