doy corona al que me dé una infografía a la Mater admirabilis ahora
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Paulina Pedreau estudió arte antes de ingresar a la congregación. En los primeros años de su vida religiosa, ella se sintió llamada a pintar un cuadro con la imagen de la Virgen María, con el fin de que al tenerla dibujada, estaría siempre presente entre ellas y sentirían más fuerte aún su compañía. Pidió permiso a la madre superiora para pintarla en uno de los muros del convento, por donde pasaban mucho las alumnas. Paulina tenía mucho talento, reunió las pinturas que necesitaría y con la ayuda del albañil que trabajaba en el lugar, prepararó el muro para dejarlo listo para iniciar su pintura.
Con gran trabajo y muchas horas de dedicación terminó la obra que realizó con cariño y esfuerzo. Lamentablemente ocurrió un problema, los colores que Paulina escogió, resultaron demasiado vivos y fuertes al estar recién pintados e hicieron que la pintura de la Virgen no pareciera muy bonita. El albañil consolaba a Paulina, diciéndole que con los días la tonalidad de los colores bajaría y que sería una pintura maravillosa, que sólo había que taparla y esperar…
Pasó un tiempo y un día sacaron el lienzo que cubría la imagen y se encontraron con una gran sorpresa: apareció la imagen de Mater tal cual hoy la vemos en nuestra sala. Fue un milagro tan sorprendente que la llamaron "la Virgencita". Años más tarde, el 20 de octubre de 1846, el papa Pío IX estuvo de visita en el convento y al ver esta imagen tan bonita, quedando emocionado, la bendijo y exclamó: "verdaderamente es Mater Admirabilis" lo que significa "madre admirable" y desde ese día quedó bautizada con el nombre que la conocemos hoy.
Explicación:
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