DOY 30 PUNTOSSS En el proceso de formacion de una cultura cual es el resultado de una civilizacion numerosa
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Cuando los españoles llegaron a las Américas los grupos aborígenes que habitaban el continente habían alcanzado variados niveles de desarrollo. Generalmente se oye hablar de los incas, mayas, aztecas, y se tiende a pensar que esas civilizaciones ejemplifican el mundo aborigen del siglo XV. Sin duda, fueron sociedades cuya cultura material nunca dejará de asombramos, y las muchas crónicas que nos dejaron los conquistadores suministran una interesante relación histórica de sus costumbres religiosas, organización política y actividades de la vida cotidiana. Sin embargo, cuando Colón y sus aventureros desembarcaron en las Antillas, este continente llevaba más de 15 mil años de estar ocupado por grupos humanos desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, y del Pacífico hasta el Atlántico; es decir, prácticamente todos los ambientes naturales y su inagotable variedad biológica ya eran conocidos y explotados por los indígenas: los áridos desiertos de las costas peruana y chilena, los desiertos del suroccidente de los Estados Unidos, las grandes planicies de Norteamérica y las interminables pampas argentinas; la monumental cordillera de los Andes y las montañas rocosas, las selvas de Yucatán, Darién y Amazonas y las heladas tierras del norte del Canadá y el extremo sur de América.
Más al norte, en territorios de los anasazi, se han encontrado restos de arquitectura monumental, tal vez las obras más colosales halladas hasta ahora al norte de Centroamérica. La existencia de estos grupos está documentada por lo menos a partir del año 700 después de Cristo hasta tiempos actuales, pues en este inmenso desierto viven hoy los descendientes de las antiguas culturas. El área está sembrada de lugares arqueológicos, muchos de ellos considerados sagrados por los indígenas actuales. Allí se encuentran aún los restos de construcciones gigantescas. Pueblo Bonito, por ejemplo, rodeado por una gran muralla, con tres pisos de altura, centenares de habitaciones y varios sitios ceremoniales (Kivas) en el centro. En Mesa Verde, los indígenas construyeron sus habitaciones en despeñaderos de roca, formando verdaderas aldeas bajo la protección de inmensos abrigos rocosos. Allí realizaban sus labores diarias viviendo en comunidad.
Dando un gran salto, al norte de Suramérica, encontramos a los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, conocidos genéricamente como taironas. Los restos arqueológicos nos hablan de una cultura bastante desarrollada en campos como la ingeniería y la orfebrería. Son notables los logros alcanzados en la construcción de grandes terrazas de tierra y rocas, cuya función primordial era aumentar el espacio horizontal plano en áreas donde era prácticamente imposible hallar un sitio donde construir una casa; y los taironas no solamente construyeron una o dos casas sino poblaciones enteras con cientos de casas cimentadas sobre roca, sin emplear materiales cohesitivos. Se encuentran puentes monolíticos, grandes plazoletas enlosadas de piedras bien pulidas, sistemas de canalización de las aguas lluvia que evitaban el lavado y erosión de los empinados perfiles montañosos, y hasta el riego artificial en la árida costa aledaña a Santa Marta. Logros de este tipo solamente son posibles en sociedades que los arqueólogos llamamos "complejas", para indicar que han alcanzado niveles generales de manejo de los intereses públicos con algún grado de centralización administrativa y jerarquización de los individuos en el ámbito de lo político.
Estos son apenas dos ejemplos de culturas prehispánicas, cuya dinámica sociopolítica estaba en pleno desarrollo en 1492. Como éstas, había muchas más en América, siguiendo un proceso que, de no ser por la conquista, tal vez hubiese resultado en grandes civilizaciones como la incaica. Debe recordarse que tales sociedades complejas facilitaron la colonización española, pues fue relativamente sencillo establecer la producción agrícola y minera con base en el trabajo de cientos de indígenas, con sólo controlar la cabeza política del cacique. Claro que esto no se cumplió como una ecuación matemática: en algunos lugares, como la Sierra Nevada de Santa Marta, la colonización española de los siglos XV y XVI fue un rotundo fracaso, pues nunca llegó a dominar a los aguerridos taironas, únicos capaces de hacer posible la producción agrícola en terrenos tan ásperos como aquellos del macizo costero.
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