doy 100 puntos al q me ayude
los dones y frutos del Espíritu Santo, y cómo actúa Dios a través de ellos en mi vida
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En la teología cristiana, el Espíritu Santo —o equivalentes como son, entre otros, Espíritu de Dios, Espíritu de verdad o Paráclito: acción o presencia de Dios, del griego παράκλητον parákleton: ‘aquel que es invocado’, del latín Spiritus Sanctus: Espíritu Santo— es una expresión bíblica que se refiere a una compleja noción teológica a través de la cual se describe una "realidad espiritual" suprema, que ha sufrido múltiples interpretaciones en las diferentes confesiones cristianas y escuelas teológicas.1
Según la Doctrina de la Iglesia católica, los dones del Espíritu Santo son medios imperecederos proporcionados por el Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, de los cuales el creyente obtiene de Dios las gracias y carismas necesarios para sobrellevar la vida terrena con santidad. Estos dones son permanentes y ayudan al hombre a ser más dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo y ayudan a conseguir la perfección de las virtudes de las personas que los reciben o, al menos, a dirigirse hacia ella.2 Tales dones son siete: entendimiento o inteligencia, sabiduría, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.3
Explicación:
ESPERO QUE TE AYUDE
Respuesta:
Dones, frutos:
Explicación:
El don de lenguas
El don de interpretación de lenguas
El don de traducción
El don de sabiduría
El don de conocimiento
El don de enseñar sabiduría y conocimiento
El don de saber que Jesucristo es el Hijo de Dios
El don de creer en el testimonio de los demás
El don de profecía
El don de sanidad
El don de efectuar milagros
El don de fe
FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO:
Que son doce, es a saber: Caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia, y castidad. Así los numera el Apóstol ad Galat.
El Señor ha dicho: “Porque no a todos se da cada uno de los dones; pues hay muchos dones, y a todo hombre le es dado un don por el Espíritu de Dios. A algunos les es dado uno y a otros otro, para que así todos se beneficien”
Para cultivar nuestros dones, debemos saber primeramente qué dones poseemos, lo cual podemos lograr por medio del ayuno y la oración. Debemos procurar recibir los mejores dones. En ocasiones las bendiciones patriarcales nos ayudan a saber qué dones se nos han concedido.
Debemos ser obedientes y fieles para que se nos concedan nuestros dones; luego debemos utilizarlos para hacer la obra del Señor. No se nos dan para satisfacer nuestra curiosidad ni para probar algo en lo cual no creemos por nuestra falta de fe. Hablando de los dones espirituales, el Señor dijo: “…se dan para el beneficio de los que me aman y guardan todos mis mandamientos, y de los que procuran hacerlo…”