dos expreciones del amor cristiano
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1 La Biblia muestra que nuestro Padre celestial tiene empatía. En Isaías 63:9 leemos lo siguiente acerca de su pueblo Israel: “Durante el tiempo de toda la angustia de ellos le fue angustioso a él. Y su propio mensajero personal los salvó. En su amor y en su compasión él mismo los recompró, y procedió a alzarlos y llevarlos todos los días de mucho tiempo atrás”. ¡Cuánto más tiene que haber sentido angustia Jehová al oír y ver los “fuertes clamores y lágrimas” de Jesús! (Hebreos 5:7.) Jesús oró de esa manera en el jardín de Getsemaní. Lo tomaron prisionero, fue sometido a un simulacro de juicio, lo golpearon y azotaron, y le ciñeron una corona de espinas. Recuerde que su Padre amoroso estaba observándolo todo. También vio a Jesús tropezar bajo el peso del madero de ejecución y observó cuando finalmente su Hijo fue fijado en aquel madero. No olvidemos que Dios pudo haberle evitado este sufrimiento a su amado Hijo. Sin embargo, Jehová permitió todo aquel sufrimiento de Jesús. Puesto que Dios siente, no hay duda de que, para él, el ser testigo de estos acontecimientos fue lo más doloroso que ha experimentado o experimentará.
2 Ahora usted quizás pregunte: ‘¿Cuál fue la segunda de las mayores expresiones del amor?’. Jesucristo dijo: “Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos”. (Juan 15:13.) Es verdad que en la historia de la humanidad ha habido personas que han sacrificado su vida por otras. Pero la vida de las que hicieron esto era solo una vida limitada; tarde o temprano habrían muerto, de todos modos. Sin embargo, Jesucristo era un humano perfecto que tenía derecho a la vida. No estaba encaminado a la muerte heredada como lo estaba y lo está todo el resto de la humanidad; y nadie pudiera haberle quitado la vida por la fuerza a Jesús sin que él lo permitiera. (Juan 10:18; Hebreos 7:26.) Recuerde sus palabras: “¿ [...] crees que no puedo apelar a mi Padre para que me suministre en este momento más de doce legiones de ángeles?”. (Mateo 26:53; Juan 10:17, 18.)