dos ejemplos de la asimetria en las relaciones de poder
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Luciana está en pareja y convive desde hace varios años con Facundo. Tienen dos hijos y todo parece estar muy bien salvo por un pequeño detalle: ella decide todo en la pareja, el barrio en el que viven, a qué colegio van los chicos, a dónde se van de vacaciones y hasta de qué color se pintan las paredes de la casa. Todo esto frente a la atenta mirada de su pareja que, a veces, parece más un cuadro colgado en la pared del comedor que una pareja. Él no parece oponerse a nada, dice que sí a todo sin involucrarse de verdad con ningún tema. Parecería que mientras lo dejen leer el diario y mirar el fútbol, él “apoya” incondicionalmente todo lo que proponga Luciana.
El ejemplo de esta pareja nos sirve para pensar qué pasa en esos vínculos en donde la relación se parece más a la de un jefe y un empleado que a una relación de pareja en donde los dos van transitando el camino juntos. En lugar de esto lo que encontramos es una relación en la cual uno solo va tirando del otro como si fuera una cosa que hay que arrastrar.
Existe un concepto fundamental que nos puede orientar para entender estas parejas y estas historias; ese concepto tiene que ver con el poder. Sí, en todo vínculo circula poder. Esto es muy fácil de ver en el ámbito laboral, también se ve en un grupo de amigos, en las familias y, por supuesto, en las parejas. A partir de esto, podemos pensar que en toda relación sentimental circula poder real y simbólico. El desafío que tiene toda pareja es lograr que ese poder circule lo más equitativamente posible, entendiendo que en un momento de la relación puede ser uno el que tenga más poder y en otra etapa del vínculo puede ser al revés.
!