Dos conclusiones de este texto plis.
ACTIVIDAD 2: DESPLAZAMIENTO Y CONFLICTO SOCIAL
¿Cómo se reflejan las expulsiones de la guerra civil en la población colombiana?
Respuesta: Si entiendo bien, tu pregunta indaga por las consecuencias del desplazamiento en mi
país. En Colombia, el desplazamiento forzado —delito de lesa humanidad—es un fenómeno
masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran medida al contro l estratégico de
territorios. Esta última característica evidencia que, más allá de la confrontación entre actores
armados, existen intereses económicos y políticos que presionan el desalojo de la población
civil de sus tierras y territorios. Si bien la Conferencia Episcopal Colombiana alertó en 1985
sobre las enormes magnitudes del desplazamiento, solo en 1997 el Gobierno nacional emitió la
Ley 387, con la cual se dio inicio a un registro oficial de datos. El Registro Único de Víctimas –
RUV– es hoy uno de los instrumentos que permiten una aproximación a las cifras, pero su
periodo de cobertura inicia apenas en 1996. Según la Consultoría para los Derechos Humanos y
el Desplazamiento –CODHES –, en los diez años comprendidos entre 1985 y 1995 fueron
desplazadas de manera violenta 819.510 personas. De acuerdo con el RUV, en solo seis años,
entre 1996 y 2002, la cifra llegó a 2.014. 893 víctimas y entre el 2003 y el 2012, un total de
2.729.153 de personas fueron también desplazadas. La afectación implicó en muchos casos
éxodos de personas que abandonaron sus pueblos donde habían forjado sus relaciones afectivas
y sociales; una vez desarraigados, pasaron de poseer tierras que les ofrecían un sustento para
vivir a habitar las ciudades sin respaldo alguno y en condici ones de suma pobreza. No solo se
vieron obligados a abandonar sus poblados sino que muchos fueron doblemente vulnerados al
desplazarse nuevamente a nivel intraurbano, dejando otra vez sus bienes y vínculos logrados y
convirtiéndose en errantes de la ciudad. Tras la intención de recuperar sus viviendas, muchos
desplazados se encontraron con el despojo pues algunas de las tierras deshabitadas fueron
ilegalmente apropiadas y/o vendidas por otras personas.
La ausencia de acciones efectivas y consistentes de reparación económica ha contribuido al rápido y
progresivo deterioro de la calidad de vida de la mayoría de las víctimas. Las
condiciones de miseria y vulnerabilidad provocadas o acentuadas por la guerra las puso en una situación de
alta precariedad y riesgo, en la que la subsistencia diaria se convirtió en prioridad.
Los dolores y sufrimientos causados por los hechos violentos, en ocasiones parecen “menos
relevantes” frente a la angustia diaria por la sobrevivencia y el dolor, la rabia y la frustración
provocados por la impotencia que algunos padres y madres sienten al no poder dar a los hijos lo
que necesitan.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Dos conclusiones de este texto plis.
ACTIVIDAD 2: DESPLAZAMIENTO Y CONFLICTO SOCIAL
¿Cómo se reflejan las expulsiones de la guerra civil en la población colombiana?
Respuesta: Si entiendo bien, tu pregunta indaga por las consecuencias del desplazamiento en mi
país. En Colombia, el desplazamiento forzado —delito de lesa humanidad—es un fenómeno
masivo, sistemático, de larga duración y vinculado en gran medida al contro l estratégico de
territorios. Esta última característica evidencia que, más allá de la confrontación entre actores
armados, existen intereses económicos y políticos que presionan el desalojo de la población
civil de sus tierras y territorios. Si bien la Conferencia Episcopal Colombiana alertó en 1985
sobre las enormes magnitudes del desplazamiento, solo en 1997 el Gobierno nacional emitió la
Ley 387, con la cual se dio inicio a un registro oficial de datos. El Registro Único de Víctimas –
RUV– es hoy uno de los instrumentos que permiten una aproximación a las cifras, pero su
periodo de cobertura inicia apenas en 1996. Según la Consultoría para los Derechos Humanos y
el Desplazamiento –CODHES –, en los diez años comprendidos entre 1985 y 1995 fueron
desplazadas de manera violenta 819.510 personas. De acuerdo con el RUV, en solo seis años,
entre 1996 y 2002, la cifra llegó a 2.014. 893 víctimas y entre el 2003 y el 2012, un total de
2.729.153 de personas fueron también desplazadas. La afectación implicó en muchos casos
éxodos de personas que abandonaron sus pueblos donde habían forjado sus relaciones afectivas
y sociales; una vez desarraigados, pasaron de poseer tierras que les ofrecían un sustento para
vivir a habitar las ciudades sin respaldo alguno y en condici ones de suma pobreza. No solo se
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