Disfrutamos con la lectura spositivo descriptivo "La obsesión por adelgazar puso en peligro mi vida" Una de cada 100 jóvenes la padece: se niega a comer por miedo a engordar. Hace poco más de un mes, nos sorprendió la monica de una mujer que había aparecido en la televisión pidiendo ayuda para vencer la enfermedad que consume a su hija Samantha. Esta joven de 26 años padece de anorexia nerviosa desde los 13, cuando inició un pacto de adelgazamiento con su hermana gemela. Con sólo 32 kilos de peso, Samantha tiene la piel pegada a los huesos y apenas puede mantenerse en pie, pero cuando se mira al espejo se ve gorda, y se niega a comer. Es la situación extrema de una enfermedad que afecta a una de cada cien jóvenes, en la mayoría de los casos adolescentes. Y de cada diez pacientes, nueve son mujeres. Es el caso de Paloma Martín; ella ha atajado su enfermedad a tiempo. Los médicos le diagnos- ticaron anorexia nerviosa con episodios de bulimia (el caso contrario: obsesión por comer), dos alteraciones que muchas veces van unidas. "Empecé a los 17 años con pequeñas depresiones, que ahogaba en la comida. A continuación sentía remordimiento, y en secreto. me provocaba el vómito y tomaba laxante", nos cuenta. "De pronto, adelgazar se convierte en un vicio, una obsesión que se te escapa de las manos. La mente se apodera de tu cuerpo. Primero pierdes un kilo, luego dos... y después quieres quitarte cinco más. Casi no comía; pensaba que hasta un vaso de agua me iba a engordar; escon ia la comida, para que mis padres no se dieran wenta, y al mismo tiempo me atiborraba de pas llas y adelgazantes. Y los consumía hasta en osis tres veces superiores a la que indicaba el rospecto. [...] Mi familia me decía que estaba demasiado delgada, esquelética, pero yo me veía bien así -a veces, incluso, me sentía gorda- y tenía pánico a subir algún kilo. Pero llegó un momento en que tenía la barriga hinchada, sentía dolores y no po día dormir. Entré en una fase de depresión" [...]. Detectar a tiempo el problema es fundamental para detenerlo; porque, una vez contraída, la enfermedad crece de forma incontrolable [...]. Esta enfermedad requiere un tratamiento médico personalizado, y cuanto antes comience, mejores serán los resultados y más rápida la recuperación. "De pronto comencé a tener episodios de bulimia: no podía evitar darme unos atracones tremendos de comida", continúa explicándonos Paloma. "Y claro, luego sentía unos terribles remordimientos y me provocaba el vómito, toma ba laxantes. Era un círculo vicioso. Probable mente fueron estos momentos de ansiedad por comer los que me hicieron ir al médico. Fui sin que lo supiera mi familia". [...]. "Todavía soy incapaz de alimentarme normal mente. Mi mamá intenta que coma más, pero siempre pongo alguna excusa. He comprendido que no estoy gorda, pero tampoco me veo delgada. [...]. "Dicen los médicos que lo importante es que por fin he reconocido mi enfermedad [...]. "Ahora he querido contar mi historia, dar la cara-aunque no sé qué reacción puede provocar entre la gente que me conoce- para poder evitar, con mi relato y mi ejemplo, que otras personas, otras chicas, pasen lo mismo que yo", nos confiesa Paloma. "Quien empiece a hacer una dieta por su cuenta, sin control, que sepa lo que se juega...". Extraido del Libro de Lenguaje 2- Editorial Santillana Fragment 127 1 nos informamos la síntesis
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que Interesante :) y largo
soniaelisabethburgos:
esta maravilloso ;)
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