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Godzilla 2: El rey de los monstruos
Tuvieron que pasar 5 años para que Godzilla saliera de las profundidades de los océanos una vez más. “Godzilla 2: El Rey de los monstruos” se estrena con el propósito de situar al gigantesco personaje como clave en el universo de monstruos que pretende Warner.
Mientras que en la película pasada se abusaba de ver toda la acción de los monstruos desde la perspectiva humana, ahora finalmente podemos apreciar las colosales batallas mucho más de cerca. Sin embargo, esto no quiere decir que los humanos dejan de ser importantes para a trama; por el contrario, toman un peso incluso más del meramente necesario. Algunos personajes regresan, pero en su mayoría vemos caras nuevas.
Después de la catástrofe que significó el descubrimiento de los titanes hace algunos años, los humanos han logrado encontrar a muchos de ellos, capturándolos para evitar que despierten y así causen más daños. La Dra. Emma Russell (Vera Farmiga) ha logrado crear un artefacto que permite identificar y reproducir ondas sonoras que sean percibidas por las tremendas criaturas.
De manera casi absurda, meramente para generar una trama, la Dra. Russell se alía con Jonah Alan (Charles Dance) para liberar a los titanes; sin dar o pedir explicaciones y además arrastrando a su hija Madison (Millie Bobby Brown). El supuesto objetivo es que los monstruos purifiquen a la raza humana sabiendo que van a causar destrucción, pero esperando que no sea aniquilada (sí, así de ambiguo). Es así como una temible hidra es liberada, así como otros tantos titanes que responden a su llamado; el único que puede hacerle frente a semejante amenaza es Godzilla (con un poco de ayuda de la Reina de los Monstruos, ni más, ni menos).
La película tarda prácticamente una hora en sentar las bases de su argumento, un tiempo bastante considerable, si tomamos en cuenta que normalmente una secuela ya no tiene tanta necesidad de indagar en los orígenes; claro, también debemos recordar que la primera parte no es el mejor pilar que pudo existir. De hecho, tiene que pasar todo ese tiempo para finalmente ver a Godzilla en todo su esplendor.
Cuando finalmente la acción comienza, el ritmo acelera medianamente capturando de mejor manera la atención del espectador; no obstante, vuelve a decaer en diversas ocasiones, centrándose en el conflicto humano, más que en el de los monstruos. A veces parece que la intención es que Millie Bobby Brown luzca más que el mismo Godzilla; el dilema es que la joven transmite demasiada apatía, muy parecida a la que Brie Larson en sus actuaciones.
Los efectos especiales son un arma de dos filos en esta producción pues, así como han dado vida a los monstruos de manera impecable, también se notan exagerados en otras tantas escenas; algo parecido a lo que sucede en muchas de las películas de DC (al fin Warner). De hecho, en el afán de que las batallas se vean épicas, se agregan demasiadas partículas alrededor de los monstruos, tendiendo a opacar la pantalla, lo que resta visibilidad y espectacularidad.
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más rescatables es la banda sonora, la cual denota un trabajo de composición muy adecuado para la película e incluso en los créditos; por sí sola permite anticipar lo que viene para el Rey de los Monstruos.
Como ya se sabe, en 2020, Gozilla deberá hacerle frente al mismísimo King Kong, algo que se quiso resaltar en esta entrega hasta en la sopa. Cada cierto tiempo se hace mención ya sea al primate o a la Isla Calavera, al grado de que llega a saturar y quitarle emoción al anticipado encuentro. Incluso en los mismos créditos se agrega una ilustración con ambas criaturas enfrentándose. Por cierto, existe una escena adicional post-créditos.
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lo siento pero no entiendo ............................................
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