Díganme cuentos de misterio terror y suspenso porfa y de qué trata como se llaman
Respuestas a la pregunta
LA CABAÑA
Esta es la historia jamás contada de un cazador, que un día fue al bosque a hacer precisamente eso, cazar. En su travesía, decidió cambiar de rumbo para dar diversidad a su oficio, así que giró su camioneta y la estacionó frente a un bosque desconocido que tenía la fama de ser abundante en presas grandes. Esta resultaba tan espesa y profusa, que el cazador no pudo dar con su rumbo de origen y se adentró en el bosque más de lo que había planeado. Caminó y caminó frotando sus manos en sus antebrazos, pues la niebla trajo consigo un frío atroz que le caló hasta los tuétanos al pobre cazador, mientras un marcado humo blanco salía de su boca con cada respiración.
A su vez, temblando como una hoja, el cazador comenzó a dar gritos desgarradores por la desesperación, ya que sintió que dos días enteros habían pasado. Todo estaba oscuro, así que como pudo, encontró un pequeño interruptor, pero cuando se iluminó la única habitación, el horror pasó por sus ojos al ver un conjunto de cuadros con retratos de personas mirándolo fijamente, unos tenían el rostro completo, pero otros, no exactamente. A unos les faltaban los ojos, a otros los dientes, y a otros todo el rostro.
pOtAZiO
Respuesta:
La isla de las muñecas
Parece un escenario sacado de una película, pero es real. Existe una isla ubicada en el centro-sur de Ciudad de México en la que reinan miles de muñecas antiguas. Abandonadas a modo de ofrenda, algunas de sus cabezas se exhiben clavadas en estacas, mientras que otras permanecen colgadas de los árboles. La historia se remonta a 1950, cuando el propietario del terreno, Julián Santana, empezó a colgar muñecas como protección contra los malos espíritus.
Santana creía que había sido mal-dito. Tiempo atrás, había encontrado el cuerpo de una joven que había fallecido ahogada a orillas de los terrenos del hombre. Empezó a convertirse en protagonista de episodios paranormales: oía voces, pasos y el llanto de una mujer, por lo que decidió colocar muñecas por la isla para ahuyentar el alma de la chica. Su obsesión llegó hasta tal punto que pasaba las horas buscando muñecas en las basura y en los canales de Cuemanco.
Santana falleció en 2001 cuando se encontraba a orillas del río, justo después de comentarle a su sobrino que una sirena quería llevárselo. Ahora, el lugar se ha convertido en un sitio turístico y las autoridades de la región se plantean crear un museo para conservar las muñecas.
weno eso no es un cuento ya que lo que te conté pasó en la vida real