Diferencias y semejanza de
Jacaranda y puma
Ser humano y chimpance
Hogo de sombrero y abeja
Respuestas a la pregunta
El hombre y el chimpancé comparten el 99% de sus genes. A esa conclusión ha llegado un consorcio científico internacional tras secuenciar el genoma de este animal, el más parecido al ser humano, y compararlo con el del hombre. Los resultados de esta investigación los publica mañana la prestigiosa revista británica Nature y permitirán avanzar en la lucha contra el cáncer y las enfermedades infecciosas y degenerativas.
Las secuencias son idénticas en el 99%, si bien cuando se incluyen en el análisis otros aspectos, sobre todo zonas que se han reorganizado de manera distinta en ambos genomas, la identidad baja al 96%.
La investigación ha estado dirigida por miembros del Instituto Nacional de Salud (NIH) y el Instituto de Investigaciones sobre el Genoma Humano (NHGRI), ambos de Estados Unidos. También ha participado un equipo español dirigido por Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo y Premio Rey Jaime I de Investigación 2004, así como David Torrents, del Laboratorio Europeo de Biología Molecular en Heidelberg (Alemania).
La aportación del grupo español, del que también forman parte Xose S. Puente y Gloria Velasco, consistió fundamentalmente en el análisis detallado de mil genes seleccionados por su relevancia en enfermedades humanas y, fundamentalmente, en el cáncer. El conocimiento de la secuencia del chimpancé y su comparación con el genoma humano permitirá abordar una pregunta "compleja y muchas veces planteada en ámbitos distintos al meramente científico: ¿qué nos hace humanos?", ha explicado López Otín.
Cotejar el genoma del ser humano con el de los "parientes más cercanos en la evolución" es una "poderosa herramienta" para los autores de este "logro histórico", ansiosos por descubrir cuáles son las claves biológicas que diferencian a los humanos de las distintas especies, según confiesa en Nature el director del NHGRI, Francis S. Collins. Su equipo constató las "grandes similitudes" existentes entre los chimpancés y los seres humanos, 10 veces más parecidos que los ratones y las ratas entre sí, y 60 veces más que los ratones y los propios humanos. A lo largo del estudio, emplearon la secuencia de ADN de un chimpancé de 24 años llamado Clint y descubrieron además que comparte con el hombre el 29% de sus proteínas.
"Diferencias genéticas"
No obstante, a pesar de las muchas similitudes existen "importantes diferencias genéticas" como consecuencia de la duplicación, es decir, del proceso por el que se copian diversos segmentos del código genético. Para llegar a esa conclusión estudiaron las 20.000 bases (letras químicas que forman los genes) del ADN de los chimpancés y comprobaron que el 2,7% de las diferencias existentes entre ambos genomas se deben a los procesos de duplicación genética y a las alteraciones que éstas conllevan.
El resto, hasta el 4% de diferencias que separan al hombre del chimpancé, es fruto de otros acontecimientos a lo largo de la evolución. El estudio de los fragmentos duplicados sólo en los humanos reveló que algunas de esas partes del genoma están implicadas en males como la atrofia muscular espinal o el síndrome Prader-Willi, que sin embargo, no se producen en el chimpancé, ya que éste sólo dispone de elementos simples en esas zonas.
A todo ello hay que añadir la multitud de mutaciones acaecidas en ambos genomas durante el curso de la evolución, que según Collins y sus colegas, son superiores a las ocurridas en los genomas de otras especies como los ratones, las ratas y otros roedores. Algunos genes, como los que participan en los procesos de inflamación no se hallan en el genoma del chimpancé y sí en el humano, lo que explica las diferentes respuestas inflamatorias entre ambas especies. En cambio, funciones como la que desempeña el gen responsable de la producción de la enzima que protege a los animales de la enfermedad del Alzheimer, se han perdido en el ser humano.
En el futuro los investigadores analizarán las causas de características específicas del ser humano como la habilidad para caminar erguido o elaborar lenguajes complejos, así como la posesión de un cerebro superior.