Diferencias y/o semejanzas entre las semillas tradicionales, ecológicas, hídricas y transgénicas
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Existen muchas críticas válidas en contra de los transgénicos y no se puede negar que hay una mode creciente para todo lo que sea “orgánico”, pero antes de poder criticar a los transgénicos, es importante saber de qué consisten las técnicas naturales u orgánicas para modificar una semilla o una planta y qué técnicas son explicitamente “transgénicas”.
En varias secciones anteriores como en nuestra guía de cultivo de chiles para principiantes y la guía para guardar semillas de chiles dimos varios consejos sobre cómo podés mejorar tus cosechas y seguir sembrando para el año siguiente, pero todavía no hablamos de un aspecto fundamental de mantener un huerto o cultivar tus propios alimentos, a saber: los distintos tipos de semillas y plantas que se pueden conseguir en el mercado hoy en día.
A menos que cultivás tu propia producción fresca de tu jardín orgánico, a menudo es difícil determinar de dónde vienen tus verduras y tus chiles. Para complicar las cosas aún más, se estima que hoy en día la totalidad de verduras proviene de semillas que se han modificado de alguna manera, lo que afecta el valor nutritivo. Sin embargo, los vegetales híbridos y versiones genéticamente modificadas son criados de forma muy distinta y saber la diferencia te ayudará a tomar una decisión informada cuando pasás por la góndola de tu supermercado.
Técnicas diferentes
Mientras que los cultivos híbridos vienen de dos plantas parentales similares – como dos cepas de tomate – y son criados con métodos de baja tecnología, los cultivos modificados genéticamente o transgénicos son creados en los laboratorios para intercambiar los genes de especies no relacionadas; por ejemplo, un tomate transgénico puede contener genes de atún.
Cultivos híbridos suelen ser cultivados para el sabor y la resistencia, mientras que los cultivos transgénicos son seleccionados por su resistencia a las plagas o sequías. Los agricultores han practicado técnicas híbridas desde el comienzo de la era de la agricultura, y los métodos modernos se desarrollaron en la mitad del siglo 19. Por el contrario, los alimentos transgénicos no existían en las tiendas antes de la década de los 90.
Entre las semillas de chile encontramos una gran variedad de semillas naturales (polinización abierta) y semillas híbridas, que en general tienen la indicación F1. Siempre y cuando el nombre de una planta o semilla tiene ese indicador (F1, F2, etc.), se trata de un híbrido.
Uno de los centros más famosos donde crean una gran variedad de chiles híbridos (no genéticamente modificados) es el instituto de chiles de Nuevo México en los Estados Unidos.
Con respecto a chiles geneticamente modificados se nota que hasta el día de hoy no hay tantos chiles transgénicos, salvo algunos tipos de pimientos dulces (morrones).