diferenciar el concepto entre españoles y criollos previo a la revolucion de mayo
Respuestas a la pregunta
Respuesta: La decisión de los grupos criollos de poner fin a la dominación colonial abrió paso a una etapa que estuvo marcada por el desafío que significaba construir un nuevo orden político. Para que eso fuera posible se debía lograr la aceptación de ese nuevo orden por parte de los distintos sectores que formaban parte de la sociedad. Pero esa no fue una tarea sencilla. Por el contrario, ni bien se cortaron los lazos con España, se convirtió en un problema. Recién hacia 1880 encontró su resolución cuando mediante el acuerdo logrado entre algunos sectores de la sociedad y la represión de otros, se impuso un orden político que finalmente se convirtió en hegemónico. En mayo de 1810 se inició una etapa marcadamente diferente en los aspectos sociales, económicos y de gobierno como consecuencia de la ruptura del vínculo colonial que el Virreinato del Río de la Plata había mantenido con España. Ese hecho marcó para la sociedad de entonces, el comienzo de un complejo recorrido que podríamos resumir como la transformación de un Estado colonial en un Estado nacional moderno. Esa búsqueda estuvo plagada de marchas y contramarchas que, hacia 1880, derivó en un determinado modelo de Estado.
Explicación:
DEL VIRREINATO A LA FORMACION DEL ESTADO NACIONAL
La decisión de los grupos criollos de poner fin a la dominación colonial abrió paso a una etapa que estuvo marcada por el desafío que significaba construir un nuevo orden político. Para que eso fuera posible se debía lograr la aceptación de ese nuevo orden por parte de los distintos sectores que formaban parte de la sociedad. Pero esa no fue una tarea sencilla. Por el contrario, ni bien se cortaron los lazos con España, se convirtió en un problema. Recién hacia 1880 encontró su resolución cuando mediante el acuerdo logrado entre algunos sectores de la sociedad y la represión de otros, se impuso un orden político que finalmente se convirtió en hegemónico. En mayo de 1810 se inició una etapa marcadamente diferente en los aspectos sociales, económicos y de gobierno como consecuencia de la ruptura del vínculo colonial que el Virreinato del Río de la Plata había mantenido con España.
El período 1820-1852: de las autonomías provinciales a la federación rosista
La disolución del Directorio y del Congreso puso fin al gobierno central. Los gobiernos provinciales fueron estableciendo sus propias formas de gobierno en territorios sin límites precisos que en general se trazaron a partir de las ciudades más importantes. A lo largo de todo el periodo las diferencias políticas tuvieron en la mayoría de los casos sus orígenes en diferencias tanto económicas como sociales, regionales, etc., Por lo tanto, los intentos por construir un Estado unificado se dificultaron enormemente. Como planteó el historiador Waldo Ansaldi, los enfrentamientos políticos expresaban problemas más profundos que correspondían a las oposiciones que se generaban entre los grupos sociales, los intereses provinciales o regionales y las diferencias que se producían entre el campo y la ciudad *. Estos grupos representaban proyectos diferentes y han pasado a ser conocidos como unitarios y federales. Pero si queremos evitar confusiones debemos saber diferenciar y entender de qué se habla cuando se mencionan estos dos términos. Ambos responden a las formas en que concebían la organización política del país. El proyecto unitario se caracterizó por una fuerte subordinación de los poderes provinciales al poder central. Por su parte, los diversos proyectos federales entendían que la organización del Estado nacional debía basarse en la asociación de Estados regionales que delegaran parte de su poder al Estado central. A una primera etapa caracterizada por la autonomía de las provincias, le siguió a mediados de la década de 1820 el breve intento centralizador de Rivadavia que culminó en un fracaso. Posteriormente, a mediados de la década de 1830, el gobernador de Buenos Aires era Juan Manuel de Rosas. Su política proclamaba un especial federalismo basado en una posición autonomista que demoraba cualquier intento de organización nacional que le significara a su provincia la pérdida de recursos y de mecanismos de control. La batalla de Caseros en 1852, un nuevo levantamiento del Litoral contra Buenos Aires liderado por Justo José de Urquiza, marcó el fin de esta etapa.
Explicación: