Diferencia del teatro nuestro y el romano
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
ESTO ES
Explicación:
La civilización griega, por falta de medios y conocimientos técnicos, utilizaban las diferentes alturas que proporcionaban las colinas y laderas para construir los graderíos. De esta manera, podríamos decir que utilizaban la naturaleza del entorno para integrar su teatro, construyendo así unas gradas escalonadas sencillas.
El teatro romano fue una evolución del griego. Esta civilización estaba más avanzada y, por lo tanto, tenían mejores técnicas de construcción, algo que podemos apreciar en sus teatros. En vez de utilizar colinas y laderas, lograban levantar sus graderíos gracias a un complejo sistema de galerías situado debajo.
Observa lo diferentes que son sus gradas
Así, los teatros romanos sencillos no solían necesitar colinas, y los grandes llevaban un sistema muy complejo que los convertían en espectaculares entramados de galerías y pasillos.
Aquí tienes dos muestras del complejo sistema de galerías creado para
sostener las gradas.
Por supuesto, debemos tener en cuenta que los teatros griegos de última época son más complejos que los primeros, y de hecho se asemejan a los futuros teatros romanos.
2. Partes
La primera parte que debemos analizar es la orchestra. La orchestra es la zona del teatro donde, inicialmente, se interpretaban las obras.
Mientras la orchestra griega era circular, la romana era semicircular.
Orchestra griega y romana
La cavea, que en el teatro griego se denominaba koilon, era el lugar donde se sentaban los espectadores; es decir, las gradas.
La cavea o koilon de un teatro
La cavea romana era semicircular, mientras que la griega ocupaba más de media circunferencia.
Los párodos eran los pasillos que había junto a la cavea, y servían para que la gente accediese al teatro.
En morado, los párodos
La principal diferencia está en que los párodos griegos estaban descubiertos (sin techo) y habitualmente tenían sólo un arco sencillo.
Párodos griegos
Los romanos, en cambio, estaban cubiertos por una bóveda que permitía colocar más gradas o palcos en la parte superior.
Párodos romanos
La siguiente parte que debemos citar es la skené. Esta era la parte opuesta a la cavea y solía tener grandes construcciones a modo de decoración del escenario.
Skené de un teatro
Estas decoraciones, que inicialmente eran de madera, se construían en piedra y no solían ser intercambiables.
Las principales diferencias en este apartado del teatro griego y el romano eran la complejidad, los materiales de construcción y el tamaño, siendo la skené romana la más compleja y avanzada.
Tamaño de la skené griega y la romana
La siguiente zona a resaltar es el proscenio, área que está justo delante de la skené.
Al principio, en los primeros teatros griegos, los actores interpretaban las funciones en la orchestra, la skené sólo servía a modo de fondo decorativo y no había un proscenio realmente utilizable.
Respuesta:
Podría decirse que la Antigua Grecia nos legó el mundo.
Debemos a los griegos los conceptos de democracia, o filosofía, por ejemplo, así como basamos nuestra forma de vivir actual en un gran desarrollo de las artes y de las ciencias que sin ellos no hubiera sido posible disfrutar hoy en día.
Numerosos adelantos técnicos y tecnológicos como la taxonomía, los relojes, los faros, las cañerías, los molinos de agua, las puertas automáticas o los primeros avances científicos en los campos de la biología, la medicina, la domótica o la robótica fueron también originarios de la Antigua Grecia.
Los romanos, por el contrario, no eran tan ingeniosos ni inventivos como los griegos, y su amor por las artes (poesía, literatura, plásticas) era claramente inferior y menos prolífico; sin embargo, eran mucho más pragmáticos y funcionalistas que ellos.
Podríamos decir que mientras los griegos eran artistas, los romanos eran ingenieros.
Pero las pasiones humanas igualaban a ambas sociedades. El amor, la envidia, el odio o la amistad son sentimientos comunes a todas las personas, y el arte, por lo tanto, también, ya que es el método de canalización de aquello que es tan irracional que no se puede expresar.