DIARIO DEL AÑO DE LA PESTE, DANIEL DE FOE (responder sobre la novela, no sobre el covid19) 1) ¿Qué medidas tomó el Gobierno para contener el avance de la peste? 2) ¿Dónde y cuándo suceden los hechos? 3) ¿Qué funciones cumplen las personas nombradas por el gobierno para luchar contra el virus? 4) ¿Qué interpretaciones acerca del origen de la enfermedad se encuentran en la novela? 5) Contá brevemente las historias de el ángel y del fantasma. ¿Qué función te parece que cumplen en la novela? 6) ¿Qué órdenes o protocolo da el gobierno ante la muerte de alguien? 7) ¿Cómo está organizado el libro y por qué te parece que el autor decidió esa organización?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El escritor Daniel Defoe relató en su Diario del año de la peste, una crónica pormenorizada de la plaga que afectó a la capital inglesa en 1665. Aunque escrita como ficción, es una obra muy detallada respecto a costumbres y creencias arraigadas en la población, así como de las medidas que tomaron las autoridades; tal como en estos días, decretaron el confinamiento en las casas, que costó trabajo Fue en los comienzos de septiembre de 1664 cuando, mezclado entre los demás vecinos, escuché durante una charla habitual que la peste había vuelto a Holanda…”. Así comienza un libro muy extraño, 'Diario del año de la peste', de Daniel Defoe. Un libro que hoy se puede leer como una crónica periodística de la plaga que ese año asoló la ciudad de Londres. El diario, que es uno de los más buscados en las librerías en estos días junto con 'La peste', de Camus, se encuentra agotado, aunque dos editoriales como Alba e Impedimenta están preparando ya sus reediciones. Aunque quizá, con todas las restricciones que nos impone y nos va a imponer el coronavirus, acabe siendo ese libro que nos recibirá en las librerías en esa fecha, esperemos que próxima y maravillosa, en la que podremos salir a la calle y abrazarnos.
Defoe, mucho más conocido como autor de ‘Robinson Crusoe’, escribió este librito tardío con la intención de dejar constancia de las miserias, y las pocas virtudes, que una epidemia conlleva. Una especie de guía de cómo se desarrolla pormenorizadamente una plaga de este tipo y en especial, cómo se comporta la población cuando se han disparado las alarmas. Poco podíamos imaginar hace solo unos meses que este libro podría ser también para nosotros un espejo, 350 años después de los hechos relatados. Naturalmente, con las debidas y prudentes distancias, porque la mortalidad entonces sí que era masiva y atacaba a toda la población. Pero, sin vacunas para el covid-19 y con el bacilo de la peste aún por aislarse científicamente, es inevitable ver el paralelismo.
La extrañeza de la novela o de lo que quiera que sea ‘El diario del año de la peste’ –una crónica periodística, un tratado moralizante, una historia de terror-, es que está relatada con una minuciosidad y viveza casi hiperrealista. Se lee como un relato real y vivido, pero no lo es, porque Defoe tenía apenas cuatro años cuando ocurrieron los hechos. Así que todo está recreado, es una novela de no ficción de antes de que se hubiera inventado. Defoe lo hace unas veces de forma muy analítica, tomando como referencia los tratados médicos de John Quincy y Nathaniel Hodges, este último fue uno de los pocos médicos que no abandonó la ciudad, como cuenta José C. Vales, en el prólogo de la edición de Impedimenta. Pero también, como relata el escritor, sin perder su sentido periodístico: “El lector que se asoma ahora al 'Diario del año de la peste' reconoce de inmediato en sus páginas la habilidad del gacetillero, más que la del novelista. Es el periodista el que selecciona las anécdotas emocionantes, dramáticas, 'sentimentales', moralizantes e incluso humorísticas, el que exige responsabilidades al gobernante, el que sugiere hipótesis, el que describe las calles vacías de Londres y el que propone —naturalmente— los medios adecuados para sobrevivir en caso de nueva epidemia”.