Ciencias Sociales, pregunta formulada por aullamary1981, hace 6 meses

DIALOGA EN FAMILIA SOBRE LA HISTORIA DE CONQUISTA ESPAÑOLA Y LOS SENTIMIENTOS QUE TE PRODUCEN.

Respuestas a la pregunta

Contestado por MacaOwO
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Respuesta:

AKI HAY UNA RESPUESTAA <3

Explicación:

1. Algunas reflexiones teórico-conceptuales

La escritura colonial histórico-literaria que se produjo como consecuencia del encuentro real entre dos culturas, la

cultura española y la cultura azteca, representa una de las manifestaciones más significativas del mundo occidental.

Y creemos en su importancia porque, en primer lugar, nos descubre, a través de la escritura, nuestro reciente

pasado; y, en segundo lugar, nos permite explicar la conformación, bien sea identitaria o bien sea fragmentaria, de

nuestro presente cultural, con el fin de descubrir nuestros orígenes coloniales. Dentro de los límites, un tanto

estrechos de este artículo, intentaremos buscar en un texto novohispano la presencia de lo que denominaremos el

sujeto colonial. Sujeto que está escindido entre el sujeto colonizador, constituido por el yo imperial o español que se

relaciona de manera jerárquica, con el otro sujeto, el colonizado, el indígena.

Pero antes de entrar en el tema específico, vamos a realizar, en primer lugar, una pequeña reflexión acerca del

lenguaje en general, para posteriormente plantear la conceptualización que algunos lingüistas han dado a la

categoría de sujeto, expresado a través de los pronombres “yo” y “tú”, con la finalidad de contextualizar, con

ejemplos de textos coloniales, el tema propuesto.

La reflexión sobre la procedencia del lenguaje inevitablemente nos asalta, en cualquier momento del discurrir de

nuestras investigaciones. Por ello, nos preguntamos que si quisiésemos intentar descifrar la incógnita de si “el

hombre primitivo inventó el lenguaje, o si la invención del lenguaje hizo que un primate inteligente se convirtiera en

hombre” (Malmberg, 1974: 13), descubriríamos que tal intento carece de importancia, puesto que el lenguaje y la

humanidad constituyen desarrollos paralelos; y el lenguaje se nos muestra tan obviamente que parecería

irrelevante, en este momento, preguntarse por su procedencia, su esencia o por su valor. En este sentido, son

valiosas las aportaciones de algunos autores. Entre ellos, Aristóteles que, al definir al hombre como un “ser vivo que

tiene logos”, está caracterizando, está cualificando al hombre como un ser racional, como un ser con lenguaje;

puesto que para él, a diferencia de las plantas y los animales “el hombre es el único ser vivo que tiene palabra”

(Aristóteles, 1253ª: 10).

Contemporáneamente, dos investigadores afirman que “hablamos, porque hablar es connatural al ser humano. El

hablar no nace de un acto particular de la voluntad. Se dice que el hombre es hablante por naturaleza” (Conesa, y

Nubiola, 2002: 17); en consecuencia, es por el lenguaje -bien que sea su invención o bien sea que esté en su

naturaleza- como el hombre queda definido como “homo loquens”. Por último, Emile Benveniste afirma que es “un

hombre hablante al que encontramos en el mundo, un hombre hablando a otro (de modo que) el lenguaje enseña la

definición misma del hombre” (Benveniste, 1978: 180).

Esta capacidad lingüística que “es desde nuestro antropocentrismo, la culminación de un proceso que comienza con

la comunicación más rudimentaria que un organismo puede establecer con su entorno” (Magariños de Morentin,

1983: 13) en un principio posibilitó el salto cualitativo, ya que se cree que la aparición del lenguaje y la

hominización fueron procesos casi simultáneos, proceso, por el cual el hombre adquirió una categoría que lo ubica en

la cúspide de la escala zoológica; lo separa de los animales y lo solidariza con el resto de los hombres.

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