determine y escriba él contexto de la lectura la media cobija
AYUDA ES PARA HOY REGALO CORONAS Y SIGO
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
No olvides, lo que tú siembras, eso cosechas. Por ello, no te quejes del presente. ¿Qué sembraste en el pasado? Nada viene por arte de magia o generación espontánea. Al pillo y al villano un día les pasarán la cuenta de cobro. Se dice en la sabiduría popular: Dios no te castiga ni con palo ni con rejo, sino con tu mismo pellejo. ¡Qué sabiduría!
Amigo lector, escucha esta historieta, te puede servir para tu vida. Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa. Durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien. A los 70 años, don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensión, pero veía pasar los días sin que éste apareciera y decidió por primera vez en su vida, pedirle un favor a su hijo. Don Roque tocó la puerta de la casa en donde vivía su hijo con su familia. -¡Hola papá! ¡Qué milagro que vienes por aquí! -Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy viejo y solo. –Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa. –Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. ¿No te molestaría que me quedara a vivir contigo? ¿Quedarte a vivir aquí? Si …pero no sé si estarías a gusto. Tú sabes, la casa es chica, mi esposa es muy especial …y luego los niños. Mira hijo, si te causo muchas molestias, olvídalo, no te preocupes por mí, alguien me tenderá la mano. –No padre, no es eso, solo que …no se me ocurre dónde podrías dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían… o solo que no te moleste dormir en el patio. -¿Dormir en el patio? Está bien. El hijo de don Roque llamó a su hijo Mateo de 12 años. –Dime papá. –Mira hijo, tu abuelo se quedará a vivir con nosotros. Tráeme una cobija para que se cubra en la noche. Sí, con gusto papá …¿y dónde va a dormir? –En el patio, no quiero que nos incomodemos por su culpa. Mateo subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos partes. En ese momento, llegó su padre: ¿Qué haces Mateo? ¿Por qué cortas la manta de tu abuelo? –Sabes papá, estaba pensando… ¿Pensando qué? –En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y vayas a vivir en mi casa.
¡Qué gran enseñanza! ¿Qué estás enseñando a tus hijos? Fórmalos hoy para que mañana disfrutes la alegría de tus nietos. El hijo es una pantalla en blanco, en donde puedes escribir lo que quieras. Tus hijos te imitan, tú eres el espejo de ellos. ¿Cómo eres tú? ¿Por qué te quejas de ellos si así los deformaste? ¡Cuidado! Empieza ya, no sea que mañana sea demasiado tarde. Corrige con amor, pero corrige. Pero, sobre todo, da ejemplo.
Explicación: