Castellano, pregunta formulada por sr1083321, hace 1 año

¿Determina Que Tipo De Reportaje Es La Historia de Una Maestra con alma de histiadora ?

Respuestas a la pregunta

Contestado por Maria2022
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Respuesta:Lilian Rosa Londoño pasó 33 años enseñando en varios sitios de Antioquia. Dio vueltas por muchas partes e hizo su familia en Medellín, pero nunca olvido la vereda donde nació y creció, El Chuscal.Por eso, tan pronto tuvo la oportunidad, no dudó en volver a su "rincón lleno de encanto". En 1995 llegó a enseñar a la misma escuela que había dejado en 1976. Los alumnos de entonces eran ya los padres de familia. Todos se sorprendieron al ver llegar a la maestra Lilian, que les enseñó a querer y gozar la tierra. Un día bien podían dedicarse a cultivar la huerta y otro, salir de paseo hasta la cima de la montaña para recoger nubes en ollas. No importaban ni el sol ni la lluvia. Su salón de clase era la vereda entera y no había más techo que el cielo, porque para ella eso de mantener sentados a los niños en pupitres, cuando hay tanto por conocer afuera, nunca ha tenido sentido, como tampoco eso de las notas y las pruebas académicas. "El que quiera un examen, que vaya al médico", dice. Y nada distinto pensaba hacer esta vez. Otros profesores podían tratar de convertir a los niños en cuadernícolas , pero ella no. Empezó a llevarlos a todas partes y revivió la huerta que nadie tocaba desde hacía veinte años. Descubrió que muchas de las buenas cosas que alegraron su infancia y su juventud se estaban perdiendo pero que aún podían recuperarse. En una velada con la gente de la vereda descubrió, además, que el talento para los sainetes, las coplas improvisadas y las sátiras seguía vivo, pero no había memoria alguna de ello. Fue entonces cuando decidió poner en marcha un proyecto al que le puso alma, vida y sombrero: recuperar la historia de esa vereda que hace un siglo habitaban 16 familias, entre ellas la suya. En algo que bautizo el libro más hermoso del mundo empezó a recoger todos los trabajos de sus alumnos sobre las cosas que iban descubriendo. Cada salida producía un relato, un dibujo, una foto, una copla que de vez en cuando se publicaban en cartillas que los muchachos llevaban a sus casas para que las familias conocieran su historia y sus costumbres. La maestra pudo reconstruir la historia de cada una de las fincas originales y de las casas más viejas, y a sus muchachos se les ocurrió un día hacer el himno y el escudo de El Chuscal, sus símbolos matrios. También hicieron el mapa mostrando que lo más importante de cada lugar y rescataron los mitos, las leyendas y hasta los fantasmas. Personajes como el Pata Pelá , que aún viejo conserva su costumbre de no usar ni siquiera alpargatas, quedaron registrados en crónicas, fotografías y videos. Edicion de lujo. Después de tres años, Lilian decidió retirarse de su trabajo y se dedicó a sacar adelante un libro al estilo de los de lujo, en pasta dura, buen papel y lleno de fotografías. Buscó quien le ayudara con el dinero, pero pronto desistió de la idea porque ninguno le aseguraba que pudiera hacer la publicación como ella quería. "Así que opté por meterle mis cesantías", cuenta. Después de una primera versión que no funcionó, hizo la definitiva, con 660 fotografías y 252 páginas, que salió de impresión en diciembre pasado. Solo quedaba ver la cara de la gente de El Chuscal cuando se los mostrara. Para ella, la presentación no podía ser de cualquier manera. Con una amiga estuvo echándole cabeza varios días hasta que se le ocurrió organizar un encuentro, donde los chuscaleños recordaran sus costumbres fiesteras y los tiempos en que se hacía compañía con los almuerzos envueltos en hojas de viao o congo que les daban un sabor especial a la bola de vida o a los frijoles con arroz y chicharrón.. Después de preparar todo con cuidado, en la sede social Santa Lucía, logró reunir 400 paisanos, unos que viven en Medellín y otros que llegaron en bus de El Chuscal y otros sitios. En medio de la fiesta, que empezó en la mañana y terminó al amanecer del otro día, presentó su libro El Chuscal, una vereda de encantos en un solo cuento , en el que los alumnos de el preescolar de 1995 aparecen en la portada junto a un guayacán florido, que no logran ocultar el paisaje montañoso de la vereda. Muchos de los 500 ejemplares que logró sacar consiguieron dueño, incluido uno que intercambió por cinco tortas, para la atención de los abuelos festejados en esa tarde de enero pasado. A Lilian todavía le quedan libros y un archivo que podía servirle para otros tantos textos, porque nunca bota nada. Su casa de Medellín está llena de papeles y su cabeza de inquietudes muchas dudas. Ahora trabaja en un proyecto para sistematizar y diagramar la memoria pedagógica de Frontino, aprovechando el material recuperado a través de entrevistas a 30 maestros y a otras 20 personas que recuerdan a otros maestros y la manera como les enseñaron y lo bravos que eran. Dice que ya tiene un buen material para un futuro libro con lo que le ha contado una maestra de 103 años, Angela Goez, el hilo conductor en la investigación.

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