Después de leer atentamente el texto y las preguntas siguientes, el estudiante deberá responder a las cuestiones.
TEXTO
Los dos últimos días ha llovido continuamente. No hemos podido ir a la playa. Ahora, que ha
cesado la lluvia, acompaño a mi padre a recoger caracoles en un bosquecillo cercano, al otro lado de los
raíles del ferrocarril.
Hace mucho calor. Me paro, para refrescarme la cara, junto a la balsa redonda de una masía. El
agua está fresca y es muy agradable dejarla correr por la frente y las mejillas. De pronto veo una abeja
que aletea en la superficie de la balsa sin poder levantar el vuelo. He visto decenas de ellas en otras
ocasiones sin que me pasara por la cabeza hacer algo para salvarlas. Más bien, a menudo, he contribuido
a que se hundieran en el agua, y lo mismo he hecho con hormigas, moscardones y otros bichos. Pero esta
vez, sin saber por qué, cojo una ramita para rescatar a la abeja. Cuando la deposito en el borde de la balsa,
la abeja apenas mueve las alas y las patitas. Luego lentamente se recupera a medida que su cuerpo va
secándose. Reemprende el vuelo en el mismo instante en que mi padre me llama para proseguir la
marcha. Voy a su encuentro, contento con la posibilidad de contarle mi hazaña. Entonces siento un dolor
punzante en el brazo y me doy cuenta de que la abeja se separa de mi piel, alejándose.
Reprimo el grito de rabia porque mi padre está cerca. Cuando nos juntamos, él examina la
picadura que le muestro y me pide que orine sobre la tierra del camino. Dice que obtendremos fango para
calmarme el dolor. Hago lo que mi padre me ha pedido y recojo la tierra mojada, con bastante vergüenza,
para aplicármela en la picadura. Insisto en hacerlo yo pese a que él se acerca para ayudarme. Estoy
furioso con la abeja y pregunto si es verdad que las abejas se mueren después de picar a alguien. Cree que
sí, pero no está seguro.
Cuando el dolor se calma, proseguimos nuestro camino hacia el bosquecito. Ya no tengo ganas de
ir a buscar caracoles y, contra mi voluntad, me pongo a llorar. Mi padre me dice que no tengo por qué
llorar si el dolor se ha calmado. Me enfurezco contra mí mismo y, como no puedo dejar de llorar, le
cuento lo que ha sucedido en la balsa para justificar mis lágrimas. Comenta:
—No es para tanto.
(Rafael Argullol, Visión desde el fondo del mar, 2010)
CUESTIONES
4.a. Analice sintácticamente: Veo de pronto una abeja que aletea en la superficie de la balsa sin poder
levantar el vuelo. (1,5 puntos)
Prueba de selectividad para la comunidad de Madrid. Convocatoria Jun 2012-2013. Lengua Castellana y Litetatura II.
Respuestas a la pregunta
Contestado por
1
En la frase: “Veo de pronto una abeja que aletea en la superficie de la balsa sin poder levantar el vuelo”
Observamos en el análisis sintáctico una frase muy intensa que es “poder levantar”, esta oración se debe analizar como una perífrasis verbal modal de suposición, pero en este caso no considero que este sea el significado de “poder” y por esta razón no la separamos.
Posee una proposición subordinada adverbial cuando se habla de “aletea”, tenemos otra proposición subordinada sustantiva cuando hablamos de “poder”
PRUEBA SELECTIVIDAD COMUNIDAD MADRID CONVOCATORIA SEPTIEMBRE 2012-2013 - LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II
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