describe características de las bacterias (a nivel individual y poblacional) que dificulta su destruccion
Respuestas a la pregunta
Respuesta:4. Patogenia bacteriana
Relaciones entre hombre y bacterias.
Algunas de las bacterias que nos parasitan nos aportan beneficios concretos, como la
producción de vitamina K por bacterias intestinales, y a la relación mutua la
denominamos simbiosis. La mayoría de las bacterias de nuestra microbiota son
comensales, es decir, comparten nuestra comida sin causar daño ni beneficio individual
constatable. En conjunto en cambio la presencia de una microbiota normal equilibrada
protege al individuo de la invasión por bacterias patógenas. Solo unas pocas de las
muchas especies de bacterias que parasitan al huésped humano pueden causarle daño y
ser la causa de enfermedades infecciosas.
Patogenia y Virulencia.
La patogenicidad es la cualidad de una bacteria para producir enfermedad infecciosa en
unl huésped, siendo la virulencia la cuantificación de dicha capacidad. En condiciones
prefijadas –modelo animal, vía de inoculación y tiempo- puede calcularse la dosis
infectiva 50 (DL50) que es capaz de infectar al 50% de los animales. Así podemos
comparar la patogenicidad de distintas especies bacterianas. Las bacterias más
virulentas para el hombre, que son capaces de producir enfermedad infecciosa en
cualquier huésped, incluso en previamente sanos, se denominan patógenos primarios o
verdaderos. Las especies de Salmonella son patógenos primarios porque pueden causar
diarrea en cualquier tipo de individuo. Las especies que únicamente son capaces de
provocar enfermedad infecciosa a individuos inmunodeficientes se denominan
patógenos oportunistas. Pseudomonas aeruginosa puede provocar septicemia en
individuos hospitalizados pero no la provoca entre la población general.
La mayoría de las especies bacterianas no han sido hasta el momento relacionadas con
ninguna enfermedad humana; por tanto, no son bacterias patógenas. Por ejemplo las
especies de Lactobacillus, comensales de la microbiota de piel y mucosas, o
Micrococus luteus, saprofito ambiental común.
La clasificación en patógenos primarios y oportunistas tiene gran valor práctico pero
plantea cierta contradicción. A una persona que está sana pero es portadora de
Salmonella decirle que esta bacteria es patógena, o sea dañina, carece de sentido puesto
que a ella no le causa ningún daño. De la misma forma, a medida que avanza la
supervivencia del individuo hay más huéspedes susceptibles de enfermar gravemente
aunque las bacterias causantes de esas infecciones son especies clasificadas como
oportunistas. En todo caso al definir los patógenos con causantes de enfermedad en
sujetos sanos muchas veces no es fácil definir que es un sujeto sano porque las
inmunodeficiencias son a veces temporales o leves y pasan inadvertidas.
Explicación: