definir los siguientes términos : amor, respeto, vida, verdad, felicidad, moral ,ética,
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Las palabras “ética” y “moral” tienen un significado etimológico semejante en
sus raíces griega y latina. En el uso común se emplean casi siempre indistintamente y,
a veces, conjuntamente, aunque quienes las usan así probablemente no serían capaces
de decirnos con precisión si significan lo mismo o se refieren a algo diferente. De todos
modos, quizás para dar mayor énfasis retórico al discurso, parece que suena bien reforzar a la “ética” con la “moral”, aun a riesgo de incurrir en una redundancia, como
ocurre si nos atenemos al significado etimológico de los términos.
En el lenguaje filosófico contemporáneo se han estipulado, sin embargo,
dos distinciones y dos clases de definiciones diferentes de estos términos. En un
primer sentido se comprende a lo moral como una dimensión que pertenece al
mundo vital, o al Lebenswelt, y que está compuesta de valoraciones, actitudes,
normas y costumbres que orientan o regulan el obrar humano. Se entiende a la
ética, en cambio, como la ciencia o disciplina filosófica que lleva a cabo el análisis
del lenguaje moral y que ha elaborado diferentes teorías y maneras de justificar o
de fundamentar y de revisar críticamente las pretensiones de validez de los enunciados morales. Por eso, “coincidiendo con un uso lingüístico no del todo desacostumbrado en filosofía, se puede usar el término Ética como sinónimo de “filosofía
de lo moral” (N. Hoerste, Texte zur Ethik). Conforme a este uso del lenguaje, la
ética puede considerarse entonces como una ciencia que pertenece al campo de la
filosofía, como la metafísica o la epistemología, mientras que “lo moral” es, en
general, el objeto de esta ciencia, es decir, lo que ella estudia.
Hay otra manera de definir y diferenciar los términos “ética” y “moral”, que
se ha planteado a partir de la crítica de Hegel a la ética de Kant, y de su fuerte
diferenciación entre “moralidad” y “eticidad”. Este otro uso de los términos se ha
generalizado recientemente fuera del contexto sistemático de la filosofía hegeliana.1
En los escritos de ética de los filósofos modernos y contemporáneos encontramos planteadas dos clases de cuestiones: a) la cuestión de lo que es bueno para
mí como persona y para nosotros como comunidad; b) la cuestión de lo que es
correcto o de lo que es justo en las relaciones con los otros (incluso especialmente
con otros grupos humanos y culturas diferentes), cualesquiera sean los bienes que
cada uno se proponga alcanzar como fin. Los distintos autores se han ocupado
preferentemente de alguna de estas dos clases de cuestiones. Pero también puede
considerarse que ambas, tanto las preguntas y las discusiones acerca del bien,
como las que están centradas en el tema de la justicia, pertenecen al campo disciplinario de la ética, no obstante que se trata de cuestiones distintas, y que quizás
tengan que ser tratadas con métodos diferentes. Esta diferencia, que estaba implícita en Kant, comienza a hacerse reflexiva a partir de Hegel.
En la filosofía de Hegel, esta distinción que él marca muy fuertemente no
tiene, sin embargo, la intención de oponer de manera excluyente la “ética” contra
la moral sino de eliminar la confusión, y de estudiar la relación dialéctica entre
ambas. Distinguir para unir. Al comienzo de su Filosofía del derecho introduce
Hegel esta distinción terminológica, en los siguientes términos:
Moralidad y eticidad, que corrientemente valen como sinónimos, están tomados
aquí como esencialmente diferentes entre sí. Por otra parte, incluso la representación [el lenguaje no filosófico] parece distinguirlas. El lenguaje kantiano usa con
preferencia la expresión moralidad y, en realidad, los principios prácticos de su
filosofía se limitan completamente a este concepto y hacen imposible el punto de
vista de la eticidad, a la que incluso expresamente aniquilan y subvierten. Aunque
moralidad y eticidad sean sinónimos según su etimología, esto no impide usar estas
dos palabras diferentes para conceptos diferentes.2
Mediante la introducción de esta convención terminológica quería marcar
Hegel la diferencia entre la “eticidad” concreta —realizada como una forma de
vida y como el ethos de una comunidad, que es lo que había sido tematizado en la
filosofía griega antigua de Platón y de Aristóteles—, y el concepto moderno de la
“moralidad” como un orden de principios universales, producto de la reflexión de
la conciencia sobre la ley moral y el deber de la voluntad autónoma, que es el
1 Retomo en este punto conceptos desarrollados en mis libros anteriores: J. De Zan, Panorama de la ética
continental contemporánea, Akal, Madrid, 2002, cap. 2 “
punto de vista de la ética kantiana. Hegel comprende la eticidcidad” en el lenguaje filosófico
Explicación:
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