Dédalo e Ícaro
Dédalo era un hábil inventor y arquitecto que vivía en Atenas. El rey de Minos le pidió que construyera un laberinto para encerrar al Minotauro, un terrible monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre que amenazaba el reino.
Dédalo y su hijo Ícaro diseñaron un laberinto intrincado para que quien entrara no pudiera salir. Para que ningún mortal pudiera conocer el secreto de los caminos, el rey Minos encerró al diseñador ya su hijo dentro de la construcción.
La salida estaba clausurada, asi que padre e hijo deberia pensar en una solucion que no resulte las puertas. Observaron a su alrededor, reflexionaron y por fin, a Dédalo se le ocurrió la solución después de ver volar a los pájaros cerca de ellos.
¡Se harían sus propias alas y escaparían volando!
Con plumas de aves y cera de abeja se hicieron unas alas espectaculares y así escaparon de aquella prisión. Todo bien, cierto? El padre le advertirá a su hijo que estarían seguros siempre y cuando no volaran ni muy alto ni muy bajo. Ícaro se sintió libre y tan seguro de sus alas que olvidó los consejos de su padre. Empezó a acercarse al sol y la cera comenzó a derretirse. Las alas se desprendieron de Ícaro, quien cayó en picada al mar y murió.
PREGUNTAS:
1. ¿Qué otro final le darías a la historia?
Respuestas a la pregunta
Contestado por
0
Respuesta:
Un final sería: Ícaro asustado por el viaje anhelaba vajar de una vez a la superficie, gracias a sus nervios Ícaro caería al mismo mar en el que cayó en la historia original.
EXPLICACIÓN: la historia tiene la misma tragedia, pero con la diferencia de que el motivo fue distinto.
Otras preguntas
Matemáticas,
hace 14 horas
Religión,
hace 14 horas
Biología,
hace 14 horas
Ciencias Sociales,
hace 7 meses
Química,
hace 7 meses