de que trata la parábola el buen educador
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Parábola del buen educador
1. Parábola del buen educadorEn aquel tiempo el Señor Jesús estaba a la puerta de un lujoso hotel donde sedesarrollaba un congreso sobre educación. Y sucedió que, habiendo terminado lasconferencias de ese día, comenzaron a salir los expertos e invitados especiales.Jesús reía de buena gana con tres niños que bailoteaban a su alrededor ante eldisgusto de algunos de sus discípulos.Entonces un doctor en Pedagogía, que reconoció a Jesús, decidió ponerlo aprueba, un poco por curiosidad y otro poco por vanidad ante sus colegas. Así, se acercó a Jesús y le dijo: ― “¿Maestro, qué tengo que hacer para ser un buen educador?” Jesús le preguntó, a su vez:: ― “¿Qué está escrito en los libros de tu ciencia?” ― “Respeta la etapa evolutiva del alumno, incentiva en el alumno el deseo deaprender y evalúa al alumno con justicia” – recitó el doctor en Pedagogíaprovocando un murmullo de aprobación de los presentes. ― “Has respondido exactamente” – le dijo Jesús - , “obra así y alcanzarás lavida eterna por el camino de la docencia.” Pero el doctor en Pedagogía, para justificar su intervención, le hizo estapregunta: ― “¿Y quién es mi alumno?” Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: Un joven concurrió a la escuela durante algún tiempo, los días pasaban y eljoven solo veía crecer dentro suyo una sensación de agobio y extrañeza antetodas las propuestas que se le hicieran. El vínculo con sus docentes sedeterioraba día a día, ya sea por la falta de sentido en las ofertas que se le hacían,ya sea por la dificultad enorme que enfrentaba cada vez que se le hablaba “enchino básico” o por lo desconectado que le resultaba el ambiente de la escuelacon respecto a su realidad cotidiana.
2. Un día se cansó de estar encerrado entre esas cuatro paredes, se cansó de losgestos que muchas veces solo lo humillaban, se cansó de tantas palabras que leauguraban un futuro luminoso que sin embargo ignoraban la oscuridad de supresente, se cansó también de esas dinámicas que le negaban protagonismo.Entonces salió de la escuela, se colocó los auriculares de su walkman, se dispusoa pasar el tiempo haciendo nada y, aturdido, como herido de muerte en suesperanza, se sentó al costado de la vida… su vida… a verla morir de a poco. Ocurrió entonces que pasaron dos altos funcionarios del Ministerio de Educacióny comentaron casi al unísono: ― “¡Cuántas personas desaprovechan su tiempo!, en este país donde la igualdadde posibilidades es un hecho, esta gente es una afrenta. Muy mal hace estepanorama a nuestra estadísticas” Y mirando al joven lo recriminaron diciéndole: ― “¡Deja ya de aturdirte! Buscaremos en algún momento alguna legislación queatienda tu caso pero mientras tanto, como sea, debes regresar a la escuela” El joven, por supuesto, no escuchaba, pero comprendió por la adustez de susrostros que lo estaban retando, se recostó sobre la vereda y cerró sus ojos. Los dos funcionarios prosiguieron su camino rápidamente sin advertir que trasellos venían tres docentes que acababan de terminar su curso de capacitaciónsobre problemática socio-educativa en contextos de exclusión. Al ver al joven y su actitud de abandono, comentó uno de ellos: ― “Típica consecuencia de un sistema educativo que excluye a los jóvenes, nose hace mas que replicar las dinámicas típicas del sistema victimizando a lasclases marginales” dijo el primero.― “Así es, la práctica escolar otorga significado a la cultura dominante,aumentando la brecha ante los oprimidos, que abandonan la escuela porque nohallan en ella los valores de su propia cultura popular”, completó el segundo, sintomarse un respiro (tal era la sobrecarga de ansiedad que le provocaba poderexpresar con tanta claridad su comprensión del hecho que observaba) El tercero, no sólo asistió a lo dicho, sino que se sintió obligado a agregar: ― “...lo que provoca un deterioro en la autoestima que, a su vez, genera unacrisis de identidad… ¡todo un problema complejo colegas!”. Satisfechos por poder explicar la situación de este joven devenido en objeto deestudio, prosiguieron su marcha. Al rato, pasó por allí una maestra que casi se tropieza con el cuerpo delmuchacho. Venía ensimismada recordando que la directora de la escuela, dondetrabajaba doble turno, le había llamado la atención por el atraso en la entrega desus planificaciones y carpeta didáctica. Además, grave error, no había elaboradolas expectativas de logro, concordantes con el Proyecto Curricular, que sedesprende del Proyecto Institucional, acordado en reunión con los Padres máslúcidos de la Comunidad Educativa. En la prolija carpeta, donde tan importantedocumento se guardaba para mostrar al inspector apenas visitara la escuela, sólofaltaba su aporte. De nada sirvió que dedicara tiempo extra a Ricardito, que, con sus 12 años, sehacía cargo de tres hermanos más pequeños mientras la mamá trabaja demucama para mantener el hogar.