De que trata el poema la guitarra y la aurora
Respuestas a la pregunta
Presentamos a continuación el poema la guitarra y la aurora de Federico García Lorca. Para su interpretación colocamos el mismo por fragmentos. Cabe destacar que la interpretación nunca es Única, cada lector a partir de su sensibilidad puede percibir otras claves de lectura. Esa es precisamente una de las maravillas de las obras del arte: la libertad para interpretarlas.
La aurora de Nova York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas
Este fragmento alude al amanecer en la ciudad de Nueva York, un amanecer nada romántico pues se inicia con un torbellino de malos presagios representados por las palomas negras que revolotean en una ciudad contaminada y llena de altas edificaciones de concreto
La aurora de Nova York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora debe subir las escaleras pero no lo hace con naturalidad, se refleja que en ella hay angustia pus su ascenso es muy doloroso, por ello se refugia en la idea de los nardos, los que representan la naturaleza. Es una lucha entre lo construido y contaminado y la naturaleza
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
Lorca introduce ahora el tema de la gente en la ciudad. ¿Cómo éstos reciben lo natural?, ¿cómo se conectan con la belleza en un mundo tan caótico?. No hay posibilidad para ello, ni siquiera hablan de la aurora.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
El dinero aparece como un insecto metálico que revolotea ahora en las mentes de la gente, robando toda inocencia. Taladrar y devorar, son verbos que indican violencia. Es la violencia en la que vive la gente en Nueva York según la voz del poeta.
Los primeros que salen comprueban con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
No hay modos de volver a lo natural, todo está perdido. No hay creación, no hay juego, no hay infancia, no hay esperanzas.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
El choque dramático entre lo artificial contra lo natural es observado por Lorca. No hay posibilidad de luz, todo es penumbra.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Ya las gentes están resignadas y ni extrañan lo natural, se fundieron con el concreto. Las personas son como marineros sin puerto, sus vidas no tienen un sentido. El concreto se ha tragado su naturaleza. Lorca pon en la escena muchas expresiones que mueven la reflexión sobre lo que ha ocurrido con la sensibilidad, luego que la ciudad se llenó de tanta construcción fría.