de qué tipo de ciencia se trata y cuál es el objetivo de la astronomía?
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(Escritores y compiladores Dr. Marco Antonio Moreno corral y Dra. Silvia Torres Castilleja)
La astronomía es una de las primeras ciencias practicadas por la humanidad. Tiene como objetivo explicar los mecanismos de evolución de los astros y del Cosmos mismo. Nuestra inquietud por conocer de dónde venimos y a dónde vamos es tan universal que puede especularse que es innata a la condición humana. Todas las culturas del mundo han desarrollado alguna teoría sobre el origen del Universo, la creación de la Tierra, el papel de la humanidad en el Cosmos, y desde tiempo inmemorial han tornado su mirada al cielo y buscado respuestas en las estrellas al origen de la Tierra y de la vida misma. En nuestros tiempos, esta búsqueda es una empresa científica y no mítica.
La astronomía captura nuestra imaginación y curiosidad y es un fuerte aliciente para inculcar a la ciudadanía una metodología científica que rebasa las limitaciones y carencias del conocimiento descriptivo del pasado, y reposa en el razonamiento crítico, y en los principios de comprobación empírica y de deducción, bajo lo que venimos llamando método científico. La astronomía es una ciencia con tanto atractivo que quizá sea la única en contar con grupos organizados de aficionados sin preparación académica rigurosa que la practican. Los astrónomos aficionados observan los cielos por el puro placer de hacerlo, pero además constituyen un valioso grupo de descubrimiento y seguimiento de fenómenos transitorios, de utilidad profesional. A pesar de esta faceta de aparente sencillez y accesibilidad al público general, la astronomía es una ciencia compleja, con fuertes vínculos con las ciencias afines. Se nutre del desarrollo y aglutinación del conocimiento generado, principalmente, en las áreas de la física, matemáticas, química, biología y geología, hasta el punto que hoy en día hablamos de astrofísica, a la que se asocia la mayoría de los astrónomos modernos, pero también de astroquímica, astrobiología y planetología. De la relación con ciencias afines se generan ejemplos tangibles de teorías básicas abstractas: fenómenos tales como el movimiento de los planetas o la amplificación de las imágenes de galaxias distantes por cúmulos cercanos de galaxias no son sino manifestaciones de la fuerza de la gravedad; y la estructura interna de una estrella puede ser descrita por unas sencillas ecuaciones diferenciales, solubles para estudiantes avanzados de preparatoria. Ésta es sólo una muestra clásica de cómo la astronomía se beneficia del crecimiento de las otras ciencias, y ofrece aplicaciones visuales atractivas a los estudiantes de ciencias e incluso al ciudadano curioso por el Universo que le rodea.
La astronomía, asimismo, ofrece caminos de progreso y nuevos retos a las ciencias afines. En ocasiones con descubrimientos que deben encajarse en el entramado de las fuerzas y constituyentes fundamentales de la naturaleza, como la propuesta de existencia de materia y energía oscuras develada por las curvas de rotación de galaxias cercanas y por el brillo de las supernovas a grandes distancias cosmológicas. También resalta carencias técnicas como la de nuevos métodos computacionales que permitan solucionar el transporte de la radiación en las condiciones físicas extremas de los frentes de choque del medio interestelar. Sin embargo, quizá el campo al que mayores retos plantea sea al ámbito tecnológico. Con frecuencia, para superar nuevas fronteras del conocimiento, se necesita construir infraestructura de grandes proporciones y dotarla de instrumentos sofisticados que suponen desafíos concretos en ingeniería de punta. Esta nueva tecnología, desarrollada para satisfacer los requerimientos impuestos por un caso científico exigente, suele encontrar aplicaciones en el orden civil o empresarial de forma espontánea, aunque el retraso hasta consolidarla en tecnología de consumo puede llevar varias décadas, y para entonces ya viene liderada por otros cuerpos académicos