De que se trata el cuento "El gallinazo" de Franz Kafka?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
. El resto de historia se pierde, para martirio de investigadores de la obra extraviada de Kafka y para complacencia de cuantos quieran especular a partir de tal suceso.
Con dicha correspondencia, Kafka posiblemente llenaba vacíos de su niñez, de su adolescencia o su madurez. Cada carta pudo insinuar, de alguna manera, el éxodo del cuentista hacia la muerte. ¿Sabría la niña ya mujer, quién fue el autor de esos manuscritos que recibía a diario? ¿En cuál dimensión dialogan ahora esa niña desconocida, su muñeca y Kafka, implicados para el tiempo y la historia, para la literatura, en un drama tan poético y desgarrador? De algo estoy seguro: si la muñeca regresó, no buscó a la niña en su casa. Ni volvió a su juguetero, sola o casada. Se dedicó a recorrer durante algún tiempo los barrios de Berlín, preguntando por el cartero.
Circulan rumores de una anciana con aspecto de muñeca a quien ven llorar solitaria en una banca del parque Steglitz. Siempre a mediados de octubre, dicen los rumores. ¿Qué le sucede, señora? Se me perdió un escritor, responde.
Esta es una de mis fuentes literarias de tristeza, capaz de ocasionarme desconocida alegría.
La otra, se relaciona con un guía en el museo del Hermitage, en San Petersburgo. Una de las mayores pinacotecas de arte y cultura universal en el mundo. Es también una historia triste. ¿Desea escucharla? Plena de poesía. Y también parece ficción. El anciano guía del museo, laborando allí desde cuando la revolución de 1917 consintió a personal no aristocrático trabajar en tal lugar, se llamaba Pavel Filipovich.
En 1941, igual que a millares de rusos y miles de habitantes de Stalingrado, a Pavel Filipovich la vida le da un giro total cuando el sexto ejército alemán, comandado por el general Friedrich Paulus, intenta entrar a Stalingrado. En el museo del Hermitage, de esta ciudad, centenares de voluntarios empaquetaron más de un millón de obras de arte para preservarlas de los invasores nazis, enviándolas por tren hacia Sverdlosk, en los Urales. Dos alcanzaron su destino. Cuando se preparaba el tercero, comenzó el asedio alemán mantenido durante 900 días. Doce mil personas, por diversos motivos conviviendo en el museo, se encargaron durante algún tiempo de resguardarlo del frío, la nieve y los ataques aéreos, hasta cuando se hicieron inevitables las primeras evacuaciones en 1942.
Explicación:
espero que te ayude