¿De qué manera puede cambiar la interpretación de los procesos históricos si se analizan desde la perspectiva de distintos actores?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La experiencia de la temporalidad es constitutiva a la vida de los seres humanos. Es inevitable que el paso de los años, meses, días, horas (llegando hasta los grados de medición más infinitesimales establecidos por los seres humanos) nos envuelva e –incluso a algunos- atemorice. Lo anterior, hasta el punto de que muchos, luchen por evitarlos a través de la intervención en lo corporal (‘operaciones rejuvenecedoras’), respondiendo en este sentido, sólo a la percepción física que se tiene del paso del tiempo. Luchando contra los vestigios que el transcurso de los años va estampando en nuestras propias corporalidades. Pero también encontramos la experiencia social y cultural del paso del tiempo, es en este contexto de vivencia y percepción donde se inserta la producción historiográfica, y la labor tan querida por el historiador. Lo anterior, pues el estudio de las sociedades y culturas implica dimensionar a las mismas de modo espacial y temporal. Estas son las principales coordenadas que caracterizan ‘los guiones’ del historiador, que le permiten reconstruir lo que sucedió en el tiempo pasado. Lo que ya fue, de lo que podemos tener recuerdos o conocimiento por la transmisión oral o escrita, pero que ya es ausencia. A pesar de que como ya hemos hecho mención, los vestigios y huellas quedan de modo material, o través de las prácticas, costumbres y representaciones culturales que se manifiestan en una sociedad.
Explicación:
espero que te sirva