de que manera las actividades amenazan al paiche
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Atardecía en el lago Mentiroso, una estrecha franja de agua al norte del río Madre de Dios, que se encuentra en lo profundo de la Cuenca Amazónica Boliviana. Unas guacamayas gigantes y azules chillaban sobre el agua quieta y oscura, los monos aulladores cantaban a una luna casi llena y unas diminutas libélulas se concentraban en los lirios acuáticos que bordeaban el lago. Cada tanto, un profundo gruñido porcino y un fuerte chapoteo reverberaban desde los oscuros nudos de las raíces que crecen bajo del agua. “Una vaquita”, susurró Jario Canamari, uno de los cuatro pescadores del pueblo cercano de Trinidadcito, que me había traído al río aquel día. “Una vaquita” es uno de los varios nombres con los que se le conoce a un descomunal pez invasor que, en los últimos cuarenta años, se ha convertido tanto en una plaga como en una bendición en esta remota esquina de Bolivia: el paiche.
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