De que manera la humedad es un factor que modifica la vegetación
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El clima de cada región depende de una serie de factores: la latitud, los vientos dominantes (que pueden ser calientes o fríos, húmedos o secos), la altura sobre el nivel del mar, la orientación de la ladera, la cercanía del mar, las corrientes marinas frías o cálidas, la vegetación, etc. Estos factores se relacionan entre sí y determinan la temperatura, la humedad y las posibilidades de vida.
Los tierras cercanas al ecuador son calientes porque reciben más directamente las radiaciones del sol. Algunas son húmedas porque las atraviesan vientos cálidos y húmedos que traen las lluvias. Otras tienen un clima desértico: en ellas se originan vientos calientes y secos, que producen cielos despejados y pocas lluvias.
Otras regiones, como las zonas monzónicas de Asia, tienen veranos lluviosos e inviernos secos porque en ellas se alternan vientos estacionales que provienen de climas opuestos. En algunas laderas de montaña, las lluvias se concentran en pocos meses del año, permitiendo cultivos de corta duración.
El clima es un factor determinante en la formación del suelo. Cambios de temperatura, lluvias y vientos contribuyen al desgaste de la roca madre. Igualmente, el clima influye en la existencia de las plantas, que sujetan el suelo y le aportan materia orgánica. Cuando la temperatura aumenta, es mayor la actividad de los microorganismos. Por esta razón, la materia orgánica del suelo se descompone con más rapidez en los trópicos, liberando los nutrientes.
La lluvia y el viento son los principales agentes climáticos que causan erosión por arrastre del suelo. Transportan partículas de tierra que se sedimentan en las zonas bajas.
El clima de una región puede cambiar por la degradación de un bosque o por la forestación, por la construcción de obras de riego o por tormentas de polvo (por ejemplo, cuando se produce la erupción de un volcán).
La vegetación proporciona sombra al suelo, disminuyendo la pérdida de humedad y evitando los bruscos cambios de temperatura. La transpiración de las hojas evapora lentamente en la atmósfera el agua que captan las raíces. En zonas de nieblas, las diminutas gotas se depositan sobre las hojas de los grandes árboles y se deslizan hacia el suelo.
Los bosques y las cortinas rompevientos atenúan la fuerza del viento. De esta manera, protegen los cultivos de la desecación y filtran el polvo.
El agua que se evapora de la superficie de embalses y canales de riego aumenta la humedad contenida en la atmósfera. Además, la nueva vegetación que crece con el riego también libera humedad por la transpiración de sus hojas. Esta humedad, a su vez, reduce la diferencia de temperatura entre el día y la noche.
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