¿De qué manera la fuerza tiene relación con la biología?
Respuestas a la pregunta
Hacer suficiente actividad física puede hacer que tanto su cuerpo como su mente se sientan mejor. También puede ayudar a prevenir o retrasar problemas de salud. Actualmente, los investigadores buscan maneras de encontrar qué ejercicios se adaptan mejor a su cuerpo.
Diferentes tipos de ejercicio pueden aportar diferentes beneficios para la salud. Puede fortalecer sus huesos con pesas, aumentar su flexibilidad con estiramientos o mejorar la salud de su corazón con actividades aeróbicas.
Sin embargo, todos los cuerpos están constituidos de formas diferentes. Algunas personas tienen más músculo del tipo que proporciona fuerza. Otras tienen más del tipo que proporciona resistencia, lo que lo mantiene en movimiento durante un largo período de tiempo. Esta es una de las razones por las que las personas pueden ser naturalmente más aptas para diferentes deportes.
Sin embargo, esta idea no solo se aplica a los atletas. También afecta a las personas que hacen actividades físicas para mantenerse en forma.
"Existen muchas razones por las cuales diferentes personas pueden adaptarse mejor a diferentes tipos de entrenamientos físicos", dice el Dr. Marcas Bamman, investigador del ejercicio de la Universidad de Alabama en Birmingham. "Y un factor importante del que recién estamos aprendiendo más es de nuestros genes".
Los investigadores están estudiando cómo los genes influyen en las respuestas de nuestros cuerpos a la actividad física. También analizan cómo el ejercicio afecta de manera diferente el cuerpo de las personas. Incluso están explorando cómo afecta a sus microbios.
"El objetivo final es poder proporcionar una 'receta' de ejercicios que sea óptima para cada persona, para que puedan obtener el mayor beneficio", dice Bamman.
Influenciado por los genes
Los científicos saben que diferentes tipos de ejercicios tienen diferentes efectos sobre la salud, explica el Dr. William Kraus, quien estudia la prevención de enfermedades cardíacas en la Universidad de Duke. "Los beneficios varían según el tipo, la intensidad y la cantidad de ejercicio", menciona.
Por ejemplo, en su laboratorio se ha observado que los periodos prolongados de ejercicios de intensidad moderada, como caminar rápido, pueden ser muy buenos para reducir los niveles de azúcar en sangre. Esto puede ser importante para las personas que intentan prevenir la diabetes.
Pero tal vez desee reducir sus niveles de colesterol "malo" en la sangre para ayudar a prevenir un ataque cardíaco. Para eso, puede ser de gran ayuda hacer muchos ejercicios de alta intensidad para hacer latir el corazón, agrega Kraus.
Su equipo ha observado estos efectos en personas de diferentes edades y tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, cuando observa a las personas dentro de esos grupos, menciona que no todos obtienen el mismo beneficio del mismo entrenamiento.
"Queremos entender cómo sus antecedentes genéticos determinan su respuesta a los ejercicios", dice. Su equipo de investigación ha identificado un grupo de genes que predicen quiénes obtendrán las mayores mejoras en la salud del corazón a través de ejercicios aeróbicos, como trotar o andar en bicicleta.
El equipo de Bamman ha encontrado un grupo de genes que pueden ayudar a predecir quiénes ganarían más músculo de un programa de entrenamiento de fuerza. Sin embargo, explica que solo porque no se obtengan los mismos beneficios que otra persona con un mismo tipo de ejercicio, esto no significa que no obtenga ninguno.
"Todos responden al ejercicio de una manera positiva", dice Bamman. "Por ejemplo, en nuestro estudio, las personas que no pudieron ganar músculo, como otras personas, ganaron fuerza. Mejoraron su capacidad para caminar y muchos otros aspectos importantes de la salud".