¿De qué manera la covid 19 está afectando al sector pesquería en el Perú?
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Respuestas a la pregunta
Respuesta: Javier Belupu es comerciante de pescado en Máncora, una localidad de la región de Piura en la que sobre todo se extrae tiburones zorro (Alopias superciliosus), azul (Prionace glauca) y diamante (Isurus oxyrinchus). En tiempos normales, Belupu abastece de hielo, gasolina y víveres a tres embarcaciones —una de las cuales es de su propiedad— para que los pescadores se internen mar adentro por un período de 10 a 20 días. Cuando regresan a puerto, el comerciante lleva la pesca hasta Chiclayo, la capital de Lambayeque, a unas ocho horas de camino desde Máncora, para vender el pescado en el terminal pesquero de Santa Rosa.
Javier Belupu cuenta que, antes de que comenzara la emergencia por el COVID-19, podía vender en tan solo un día hasta seis toneladas de tollo, como comúnmente se conoce al tiburón. Pero la última vez que viajó hasta Santa Rosa fue durante la primera semana de la cuarentena y le llevó cuatro días poder vender dos toneladas de tollo.
El mercado de Santa Rosa, además, cerró sus puertas cuando se detectaron los primeros casos de coronavirus en el lugar. Hoy, a pesar de que el mercado ya retomó la atención, el impacto de la crisis y el miedo por lo ocurrido han espantado a la clientela.“A raíz de muchos casos y muchas muertes de compañeros vendedores, comerciantes, choferes, la verdad es que es muy poca la llegada de gente al terminal por el temor a lo que aconteció en ese lugar”, dice Belupu. Para retratar mejor la situación, el comerciante explica que si antes vendían “entre 10 y 12 soles [el kilo de pescado], ahora más o menos está a seis y cuatro soles el kilo”.
Explicación:
En Lobitos, los 170 pescadores que conforman casi el 70 % de la población también han visto disminuidos sus ingresos. La demanda del comprador de pescado, que traslada el recurso que obtienen los pescadores hasta los mercados de Piura, no bajado. “El comprador hay días que no recibe porque dice que el mercado está saturado en Piura”, cuenta Jorge Pazos, presidente del gremio de pescadores de Lobitos, refiriéndose al exceso de oferta del producto en el mercado. A esto se suma que no hay público para vender el pescado a nivel local, considerando que la mayoría de la población se dedica a la pesca.
La pesca artesanal es una de las actividades productivas que el Gobierno del Perú ha permitido que siga funcionando durante la cuarentena decretada por la crisis del COVID-19. Sin embargo, esto no ha evitado que este sector se vea seriamente afectado. Para tener una idea del impacto, la organización científica ProDelphinus, que ha empezado a monitorear la situación de los pescadores artesanales en el norte del país, señala que “solo en Lima han cerrado 12 mil cevicherías”, establecimientos que están entre los puntos de demanda más importantes a nivel nacional.
Los puertos pesqueros que las investigadoras están incluyendo en su análisis son cuatro: San José de Chiclayo, Máncora, Cabo blanco y Lobitos. En cada uno de ellos analizan el impacto económico de la pandemia, partiendo de la caída en las ventas y precios del pescado que, en el caso de algunas especies, bordea el 66 % según cálculos de la organización.
Lo que las científicas han podido observar hasta el momento es que las localidades más afectadas serían las de Máncora y Lobitos, pues el recurso pesquero es comercializado fuera de la zona. En lugares como San José de Chiclayo, en cambio, donde la pesca es vendida en mercados locales, “la resiliencia ha sido mayor”, asegura Daniela Thorne, investigadora de ProDelphinus.
Respuesta:
la manera en que a afectado al Perú es que solo en Lima han cerrado 12 mil cevicherías establecimientos que están entre los puntos de demanda más importantes a nivel nacional por lo tanto el impacto económico en el sector pesquería fue partiendo de la caída en las ventas y precios del pescado que, en el caso de algunas especies, bordea el 66 % según cálculos de la organización.
Explicación:
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