Física, pregunta formulada por fatimanatalia132006, hace 1 año

¿de qué manera influye en nuestras actividades cotidianas como caminar, respirar, hablar, pensar?

Respuestas a la pregunta

Contestado por joshuaantony0709
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Respuesta:

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La forma en la que respiramos influye directamente en la actividad cerebral, porque la respiración tiene conexiones directas con distintas partes de la corteza cerebral, donde se gesta el pensamiento, la percepción o la imaginación; es la zona del cerebro que está implicada en los procesos de aprendizaje, la atención y la memoria.

Respiración consciente

Por primera vez, una investigación médica, publicada en la prestigiosa revista Journal Neurophysiology , acaba de avalar científicamente que el cerebro reacciona de forma distinta cuando cambiamos voluntariamente la manera de respirar, porque la actividad cerebral cambia si respiramos profundamente o si bien lo hacemos sin más, de forma automática. “Nuestros datos respaldan el vínculo entre la respiración y la actividad cerebral, proponiendo los ritmos respiratorios como un principio organizador de las oscilaciones que se producen e n la corteza del cerebro humano”, concluye la investigación.

La respiración consciente (pranayama) para controlar las emociones es un trabajo habitual en el yoga

La respiración consciente (pranayama) para controlar las emociones es un trabajo habitual en el yoga (billnoll / Getty Images/iStockphoto)

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El yoga y la meditación lo llevan a la práctica

El yoga y la meditación siempre han asegurado que trabajar la respiración de forma consciente tiene consecuencias directas sobre lo que pasa en el cerebro, por lo que aprender a respirar mejor sostienen ayuda a sentirse mejor, a intentar controlar lo que sucede en nuestra mente.

“Es lo que hemos aprendido y lo aplicamos con las personas, y vemos que funciona. Observas cómo el estado emocional afecta a la respiración, y puede llegar a bloquearla, y cómo la respiración afecta el estado emocional”, destaca Xavier Punsola, profesor de yoga.

Respirar más rápido o más profundamente de forma voluntaria, una capacidad propia de los humanos, o hacerlo sin control ante un ataque de angustia, implica distintas partes de nuestro cerebro, inaccesibles, y esto abre una sinfín de potencialidades, para aprender a controlar mejor nuestras emociones o entender algunas reacciones del comportamiento humano.

El aval de la ciencia

“Ya se sabía que a través de las técnicas de relajación se podía disminuir la parte de respuesta emocional; se sabía empíricamente, pero ahora tenemos evidencias científicas de por qué esto está funcionando. Ya sabíamos qué servían en la práctica; ahora tenemos la primera prueba que demuestra por qué funciona”, destaca el doctor en Neurociencias Diego Redolar, profesor de Neuropsicología en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y codirector del grupo de investigación CNIT (Cognitive Neurolab).

Cinco investigadores estadounidenses firman el artículo científico Respirar por encima del tronco cerebral: control volitivo y modulación atencional , donde se recogen las conclusiones de esta investigación liderada por José L.Herrero (The Feinstein Institute for Medical Research, en Nueva York), junto Simon Khuvis, Erin Yeagle, Moran Cerf y Ashesh D.Mehta, reputado neurocirujano del Hospital Universitario NorthShore, en Long Island (Nueva York). “Es muy novedoso porque da un paso adelante, da fuerza científica a los mecanismos cerebrales implicados en las técnicas de meditación y relajación focalizadas en la respiración, como el yoga. El estudio demuestra que a través de la respiración podemos trabajar la atención, la memoria o el control emocional; da una evidencia científica muy potente a las técnicas que inciden en el control de la respiración”, destaca el doctor Redolar.

“El estudio demuestra que a través de la respiración podemos trabajar la atención, la memoria o el control emocional”

DIEGO REDOLAR Investigador Cognitive Neurolab UOC

La investigación es pionera porque ha analizado internamente la a ctividad neuronal, con electrodos implantados en el cerebro de seis pacientes tratados por epilepsia que no respondían al tratamiento médico, y ha probado que la actividad cerebral cambia cuando respiramos de una forma u otra. Hasta ahora la relación entre la respiración y la actividad en la corteza cerebral se había visto en ratones, pero nunca hasta ahora en humanos, mucho más complejo por la dificultad de ver qué sucede dentro del cerebro.

“Es necesario utilizar técnicas de electroencefalografía intracraneal, porque

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