Ciencias Sociales, pregunta formulada por m7m5kvrrxq, hace 20 horas

¿de que manera estamos enfrentando los conflictos?.


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Respuestas a la pregunta

Contestado por a212207
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Respuesta:

Explicación:

El conflicto es inevitable. Sucederá siempre en equipos de trabajo entre personas con diferentes expectativas. Esto hace que la gestión de conflictos sea algo clave, ya sea evitando argumentos, disputas, conflictos duraderos o, en última instancia, litigios. Los conflictos pueden evitarse si se toman medidas a tiempo en una discusión para diluir el enojo y facilitar la comunicación, y se pueden resolver aplicando una serie de estrategias que utilizan los mediadores.

A continuación, explicamos algunas herramientas clave para evitar y resolver disputas en las primeras etapas, antes de que se conviertan en conflictos complejos. Su utilización requiere de paciencia, y en algunos casos incluso es necesario cambiar comportamientos o creencias limitantes que tenemos muy arraigados.

1. Mantener la calma

Lo que lleva al conflicto es la escalada de la ira que empieza a perturbar a la gente. La mayoría de nosotros dejamos de escuchar para entender a medida que nos enfadamos. En su lugar, empezamos a escuchar para discutir. Es esencial mantener la calma para gestionar bien un conflicto y ayuda el hecho de adoptar una perspectiva global y temporal. Cuando el conflicto inevitablemente sucede, es útil detenerse y pensar que lo más probable es que se resuelva con el tiempo. Entonces, ¿por qué no comenzar la solución de problemas ahora?

2. Escuchar para entender

En la mayoría de los conflictos, la escucha solo se utiliza para formular un argumento contrario con el que poder rebatir el de la persona que tenemos delante. Cuando entramos en una disputa, lo primero que hacemos es dejar de escuchar. La única manera de resolver un problema es escuchar atentamente lo que la otra persona está diciendo e intentar entender por qué o para qué lo dice.

Cuando alguien está enojado, para diluir su ira, no hay nada mejor que escucharle hasta que se haya desahogado y empiece a calmarse. Hay que hacerlo siempre desde una escucha activa, que implica mostrar signos físicos y verbales evidentes de que se entiende lo que el otro está diciendo.

3. Acentuar lo positivo

Es importante encontrar algunos puntos en común, o crearlos, entre uno mismo y la persona que está en el otro extremo. Mostrar empatía y una actitud positiva tranquiliza a la gente de inmediato.

4. Exponer los argumentos con tacto

La clave aquí es ayudar a las personas a entender nuestra perspectiva sobre el tema sin ofender ni permanecer a la defensiva. Para ello es muy útil utilizar una comunicación de tipo asertivo. En la medida en la que uno puede desarmar con tacto a la otra persona, esta estará más predispuesta a escucharnos.

5. Atacar el problema y no a la persona

Es importante intentar despersonalizar al máximo nuestros comentarios y centrarnos solo en la cuestión o problema. En lugar de acusar a la gente con un “siempre estropeas las cosas”, es mejor decir “vamos a analizar por qué sigue sucediendo”. Es importante recordar que en la mayoría de las declaraciones que hacemos en una disputa estamos luchando con nuestra propia rabia

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