¿De qué manera el mundo actual, se podría comparar o ejemplificar un retorno
a estas disputas del pasado? ¿qué potencias mundiales estarían en disputa?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La consideración de la sociedad internacional como un específico grupo social en el que sus principales miembros, los estados, desempeñan un protagonismo mayor o menor, en función de su desigual poderío y capacidad de intervención en los asuntos mundiales, contribuye a caracterizar algunos de los elementos propios de la estructura, estabilidad y dinamismo de la sociedad internacional. Esta vinculación entre la existencia de ciertos estados poderosos, denominados «grandes potencias», que presentan una apreciable movilidad a lo largo del transcurso histórico, de una parte, y la emergencia, desarrollo y ocaso de las sociedades internacionales, de otra, nos debe inducir a reflexionar sobre el concepto mismo de «gran potencia», y las circunstancias y condiciones que concurren en su formación, actuación y desaparición del panorama internacional.
Al analizar el Estado como actor internacional, apuntábamos que su capacidad de actuación estaba condicionada o era la resultante de las correlaciones entre cuatro categorías de variables. Pues bien, en la medida en que todo Estado, y con mayor razón los más poderosos, proyecta en sus relaciones con los demás actores sus estructuras políticas y económicas mediante vínculos de dominación o cooperación, resulta obvio que se generaliza una constante y dialéctica interpenetración entre el mundo de los estados y la totalidad de la sociedad internacional.
En este contexto, lo más característico de la presencia y actuación de las grandes potencias es la tendencia a generalizar, en toda la sociedad internacional, ciertas formas o relaciones de dominación y/o cooperación, gracias a las cuales imponen a los restantes países y a la totalidad del sistema internacional una cierta ordenación institucional jerárquica de la que ellas mismas son las principales garantes y beneficiarias.
Nuestra afirmación se aproxima a las tesis de TOYNBEE, sin llegar a asumirlas plenamente, cuando señala:
«... En primer lugar los estados universales nacen después, y no antes, del colapso de las civilizaciones a cuyos cuerpos sociales ellos confieren unidad y política...
En segundo lugar, los estados universales son los productos de minorías dominantes; es decir, de minorías que una vez fueron creadoras y que perdieron su facultad creadora...
Los estados universales exhiben un tercer rasgo saliente: son expresiones de un movimiento de recuperación o animación -particularmente notable- en un proceso de desintegración que se desarrolla en pulsaciones sucesivas de caída-recuperación, seguidas por una recaída».
Porque si bien es cierto que el concepto de «gran potencia» no se ajusta al de Estado universal establecido por el historiador inglés, no es menos cierto que muchas de las grandes potencias han sido intentos, más o menos logrados, de establecimiento de estados universales.Explicación: